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Estos días de Navidad, días de descanso en familia para muchas personas, podemos aprovechar, sin duda, para sacar a nuestro cerebro de su zona de confort. El final del año solemos plantearnos si hemos cumplido nuestros objetivos, y tal vez no le hemos prestado a nuestro entrenamiento cerebral la importancia que merece. Pero aún estamos a tiempo de revertir esta situación o, al menos, de cambiar la inercia, planteándonos la importancia del neurofitness. Así nos lo explica la experta en entrenamiento cerebral Catalina Hoffmann, con la que hemos hablado sobre cómo sacar partido a esta técnica en estos días festivos.
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¿En estas fechas navideñas, es un buen momento para tomar conciencia de que debemos prestarle más atención a nuestro cerebro?
Siempre es un buen momento para eso. Pero sí que es cierto que en Navidad solemos hacer balance del año y se produce como un “clic” en nuestra cabeza que nos hace querer que el nuevo año sea mejor que el que dejamos atrás. Para esa misión, cuidar más el cerebro es algo fundamental.
¿Puede ser un buen objetivo para el año nuevo dedicarle más tiempo a nuestro entrenamiento cerebral?
No solo puede, sino que debe ser un objetivo para el año nuevo. Muchas veces pensamos en aprender idiomas o en hacer más ejercicio, sin darnos cuenta de que entrenar el cerebro es igualmente importante y, además, es algo que nos ayudará a hacer realidad el resto de propósitos.
Ten en cuenta que el entrenamiento cerebral nos hace ganar capacidad de concentración y de aprendizaje y nos ayuda a mantener la ilusión y a afrontar las tareas a largo plazo de una forma más eficaz y menos estresante. Es decir, nos ayuda a alcanzar nuestras metas.
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¿Cómo puede ayudarnos el neurofitness o entrenamiento cerebral en estos días navideños?
Nos puede ayudar mucho, sobre todo en lo relativo a empezar a dejar atrás todo lo que no queremos llevarnos al nuevo año. Esas emociones, experiencias y pensamientos negativos que nos lastran tanto y que no queremos que estén presentes en la nueva etapa que comienza con el 1 de enero. En este sentido, técnicas como la poda neuronal artificial o la sustitución de pensamientos nos pueden ayudar muchísimo.
Además, las celebraciones navideñas pueden ser momentos de especial estrés para algunas personas, por todos los compromisos familiares y sociales que suponen. En este sentido, el Neurofitness puede ayudar mucho a gestionar ese agobio o estrés que puede surgir, gracias a técnicas que nos ayuden a llevar a nuestro cerebro a la calma.
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¿Qué sencillos consejos daría para sacar nuestro cerebro de su zona de confort en estas fechas?
Estas fechas, ya de por sí, suelen sacarnos de nuestra zona de confort, por todas las fiestas que hay. Pero si queremos potenciar esto al máximo en nuestro cerebrito, te animo a que hagas algo que no has hecho nunca… o a que hagas de forma diferente algo que haces siempre.
Aprovecha los días festivos para cambiar algo de tu rutina (por ejemplo, haz una ruta al aire libre por un lugar nuevo) o prueba recetas nuevas, que saquen a tu cerebrito de ese “modo automático” en el que vamos siempre.
¿Hay ejercicios especialmente recomendables?
Todos son igualmente recomendables, porque todo depende de las necesidades de cada persona. Pero a mí, personalmente, me resulta imprescindible la técnica de las podas neuronales artificiales. Esta técnica permite que realicemos, ya de adultos, algo que hacemos de forma natural cuando somos niños. Con la poda neuronal artificial nos deshacemos de aquellas rutas de aprendizaje neuronal que ya no nos sirven y que, incluso, son negativas para nosotros; y dejamos “espacio libre” para aprender y trazar nuevas rutas que sí sean enriquecedoras.
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Son fechas llenas de estímulos, ¿puede eso afectar a nuestro cerebro de alguna forma?
Todo afecta a nuestro cerebro. Tanto si nos damos cuenta como si no, cada ápice de información que recibimos llega a nuestras neuronas y es procesado, dejando una impronta. Lo importante es que seamos conscientes de cómo nos afectan esos estímulos y aprendamos a “soltar” aquellos que son negativos; ya sea alejándonos de situaciones, emociones o personas que nos perjudican; o, si no podemos alejarnos, aprendiendo a gestionar toda esa negatividad, para convertirla en un aprendizaje positivo.
No olvidemos que el cerebro no distingue realidad de ficción y que eso es algo que, entrenando el cerebro, podemos usar en nuestro favor.
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