Una Navidad de reuniones menos numerosas
Lo cierto es que, tal y como explica la experta, estamos condicionados a que este período de fiestas esté asociado a reuniones familiares o de amigos, generalmente numerosas. Viajar fuera de las ciudades donde se trabaja e ir a los lugares de origen, antes, era un hábito navideño. Obviamente, este año no lo podemos hacer con tanta libertad, pero no es tan “obvia” la manera de aceptar esto. “Hay una ansiedad anticipatoria que resuena ya estos días ante la pregunta de “¿qué vas a hacer por Navidad?”. Casi nadie tenemos una respuesta, lo que genera desasosiego, incertidumbre, y en muchísimos casos, nostalgia de épocas anteriores”, nos cuenta, y nos da las herramientas para solucionarlo:
-Para evitar el estrés y la ansiedad, tenemos que poner el foco en lo que “sí podemos hacer”, y no en lo que es imposible llevar a cabo. Hemos de poner nuestra energía en aceptar con quién y con cuantas personas podemos estar en las noches “especiales”, y trabajar ese pensamiento que nos acribilla cuando pensamos en las personas con las que no podemos estar.
-Tenemos que trabajar la idea tan llena de exigencia de la “ilusión”, anticipándonos a ella e intentando no olvidar que toda nuestra energía debe de estar en cuidarnos, acatar todas las normas de protección que están establecidas, y no dudar bajo ningún concepto en la posibilidad de saltárnoslas. Las leyes no son optativas. Si las seguimos a rajatabla, evitamos las dudas. Y si evitamos dudar, evitamos el estrés.
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