Por qué en enero
Nos planteamos qué perdemos en enero, por qué nos entristece especialmente este mes. “Enero es el mes del nuevo año, el mes posterior a la Navidad. Para muchas personas, la Navidad supone un reencuentro con familiares o amigos añorados, encuentros con personas con las que estamos vinculadas pero con las que quizá no somos muy afines, regalos, gastos de dinero elevados, notar ausencias en la mesa de personas que quizá ya no están con nosotros, diversión, tiempo libre o quizá todo lo contrario… En resumidas cuentas, las navidades remueven”, nos cuenta Lara López, que añade que remueven sensaciones tanto agradables como desagradables y en nuestro país en concreto, tienen una duración de dos semanas. “Por lo que tiene bastante sentido que después de éstas necesitemos integrar y reflexionar, sobre lo que hemos sentido durante este periodo”, nos dice.
Mientras, en opinión de la psicóloga de Tribeca, podría decirse que hay determinados condicionantes, tanto ambientales como personales, que podrían hacer de enero un mes complicado. “El estrés de los preparativos, las compras, las reuniones sociales, el echar de menos a personas en la mesa, etc., pueden hacer que las Navidades sean unas fechas percibidas por muchas personas como muy demandantes, lo que puede ocasionar que comencemos el año con cierta sensación de vacío. Además, enero es un mes de inicio, de recuperación económica, de despedidas y de vuelta a la rutina, que unido a factores como el clima o la falta de luz pueden hacer que nuestro estado de ánimo se vea afectado”, nos explica.
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