'¡Cuánto te echamos de menos!' Cómo afrontar la primera Navidad sin una persona querida

En estas fiestas, las emociones están a flor de piel, y no es sencillo, por ejemplo, gestionar el duelo

Por Pilar Hernán

En Navidad todos los sentimientos se magnifican, los buenos y los malos. Es una época del año en la que afloran los sentimientos. “Las navidades son fechas con una fuerte carga afectiva y familiar. Muchos recuerdos de infancia se congregan en torno a estas fechas y uno parece estar más a flor de piel. Lo bueno es que, si somos conscientes de ello, podremos gestionar mejor esos sentimientos”, nos comenta Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos.

Una situación especialmente complicada es cuando se vive esa primera Navidad sin una persona querida, como podemos ver en un anuncio de una conocida marca de turrón de chocolate que ha conseguido hacer saltar alguna lágrima este año. Y es que hay sillas que esta Navidad estarán vacías, ¿cómo nos afecta la falta de un ser querido por primera vez desde el punto de vista psicológico? “El duelo siempre conlleva una serie de fases, cada una con su dificultad y qué duda cabe que incluso, aunque no seamos muy tradicionales o creamos que no puede afectarnos más de lo que ya sentimos, son muchos los estímulos en torno a estas fechas que van asociados a la familia, recuerdos y sentimientos relacionados con la celebración que hacen que podamos sentir más la ausencia. Se suele dar con más fuerza lo que llamamos ‘el síndrome de la silla vacía’, ya que es en los momentos de reuniones familiares y celebraciones cuando más se siente la ausencia del ser querido”, comenta la psicóloga.

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¿Expresar o no los sentimientos?

Le preguntamos si cree que conviene expresar nuestros sentimientos o mejor dejar pasar ese día lo más rápido posible y seguir con la rutina. “Siempre es bueno expresar lo que sentimos y hablar del ser querido al que echamos en falta. Poder recordarle ayudará a asimilar la perdida desde el apoyo y conexión con los demás. Es un espacio seguro en el que manifestar lo que sentimos, contar anécdotas, reír, llorar…También es bueno buscar momentos de soledad con uno mismo, atentos a nuestra necesidad en cada momento, pero sin aislarnos. Ese movimiento entre momentos de intimidad y desahogo privado, con compartir nuestro duelo y escuchar a los demás es reparador”, nos cuenta la experta.

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Duelo no resuelto

En estos días, además, pueden salir a la luz casos de duelo no resuelto, como nos detalla Laura Palomares. “A veces tratamos de ocultar a nosotros mismos lo que sentimos, congelamos los sentimientos y nos dejamos llevar por el día a día, pero de repente hay disparadores que nos llevan a la emoción de forma intensa, en el momento más imprevisto o en aquellos de fuerte carga emocional como son estas fechas”, nos explica.

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Consejos útiles

Hay una serie de recomendaciones que pueden ser útiles para esas personas o familias que afrontan su primera Navidad sin un ser querido, como nos resume la psicóloga:

  • Encontrar ese equilibrio entre hablar y expresar, con momentos de soledad y privacidad para desahogarnos pero sin aislarnos.
  • No obligarnos ni obligar a los demás a celebrar todas las fechas o celebraciones, respetar las necesidades y tiempos de cada uno y reunirse en función de estas, ayudará a llevarlo con mayor serenidad.
  • No obligarse a estar bien, ni censurar al que necesite hablar o expresarse sino entender que la emoción va a subir y bajar en cada uno y no siempre al mismo tiempo.
  • Mejor escuchar y apoyar al otro antes que cambiar de tema o pedirle que se calme.
  • Actos simbólicos y rituales son muy importantes durante el duelo, ya que ayudan a asumir y colocar a niveles más inconscientes. Algunos ejemplos serían poner unas flores en su honor, una foto, su música favorita… pronunciar unas palabras de agradecimiento o encender una vela. Para los niños estos actos son muy reparadores y que le hagan un dibujo que luego cuelguen en el árbol de navidad o le escriban una carta puede ser muy positivo.

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Sobrellevar la tristeza

El objetivo es hacer frente a esta lógica tristeza. “Es fundamental permitirnos las emociones que siempre digo ‘tienen mala fama’, como la tristeza, la ira o el enfado… Las emociones tienen una función, todas. La tristeza ayuda a asimilar la pérdida, y el enfado descarga y ayuda a dosificar el dolor. Permitirnos sentirlas sin asustarnos ayuda a que poco a poco bajen su intensidad. Si las negamos o bloqueamos podemos alargar e incluso cronificar el duelo”, nos detalla.

¿Y si el duelo es reciente?

Hay personas que se encuentran, además, con procesos de duelo recientes. “Estas fechas pueden ser más abrumadoras si el duelo es muy reciente, pero siempre afecta. El duelo es distinto en cada etapa, pero lleva su tiempo y podemos saltar de una etapa a otra sin previo aviso. Quiero decir que no hay un orden que se cumple siempre, de manera que podemos ir del shock o la negación del principio al enfado y después a la tristeza de forma desordenada. Con el tiempo se sale del shock y la incredulidad para poco a poco atravesar la tristeza que nos llevará a la aceptación, y con ello poco a poco a la calma. Esto lleva tiempo y cada persona necesita el suyo”, concluye Laura Palomares.