Dado de las emociones para jugar con los niños.©Istock

Educación

¿Sabes lo que es un ‘dado de las emociones’ y cómo jugar con tus hijos?

Te contamos en qué consiste, cómo puedes hacer el tuyo y los beneficios que tiene a la hora de ayudar a tus hijos a que expresen lo que sienten.

“Las emociones son una parte muy importante y necesaria de nuestra vida”, nos dice Susanna Isern, psicóloga y escritora de El emocionómetro del Inspector Drilo (NubeOcho), quien lleva trabajando con las emociones infantiles mucho tiempo y quien nos asegura que, gracias a ellas, nos preparamos para hacer frente a las diferentes circunstancias que van surgiendo en nuestro día a día, tanto cuando somos pequeños como cuando nos convertimos en adultos: “nos pueden ayudar a resolver un problema, evitar una situación peligrosa o pedir ayuda, además de motivarnos”. Algo muy importante.

Por ello, en su libro, de la mano de el Inspector Drilo -un famoso detective de Forestville, especialista en emociones- y sus descubrimientos los niños (y los padres) aprenderán a identificar primero las emociones para trabajarlas después. En sus páginas, la autora lo hace con una ruleta a la que considera su emocionómetro, pero existe una herramienta muy parecida y que ya está siendo muy utilizada: el dado de las emociones. El mecanismo de juego es muy parecido y, con ambas herramientas, conseguimos el mismo objetivo: trabajar la inteligencia emocional de los más pequeños. Te contamos en qué consiste este último, cómo puedes hacer el tuyo con una plantilla que te proponemos y qué juegos puedes realizar.

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Dado de las emociones de HOLA.©Bea Caballero

¿Qué es un dado de las emociones?

Un dado de las emociones es, en realidad, un recurso educativo cuya función es la de que los niños y las niñas identifiquen los sentimientos más comunes que pueden tener y dediquen un rato a pensar sobre ellos. Por eso, suelen contener las emociones más básicas, como son la sorpresa, la alegría, el miedo o la tristeza. Con él se pueden llevar a cabo muchos juegos distintos para trabajar eso que llamamos “inteligencia emocional”, tan importante en el desarrollo y crecimiento de los más pequeños.

Lo primero que hacemos con él es identificar qué es una emoción -“ese proceso que se activa cuando detectamos una situación alrededor que provoca un cambio en nuestro organismo”, nos dice Susanna Isern- y saber si nos es agradable o no. Cuando lo hacemos, la emoción activa un conjunto de reacciones o cambios físicos que intentan controlar la situación.

¿Cómo hacer el mío propio?

Para hacer tu propio dado de las emociones, tan solo necesitas un folio, lápiz, colores y algo de destreza. Una vez lo tengas dibujado, podrás recórtarlo, pegarlo y empezar a utilizarlo. En cada una de las caras del dado (para lo que primero deberás crear una plantilla de seis cuadrados) debes poner una emoción diferente. Nosotros hemos elegido la alegría, tristeza, miedo, enfado, celos y sorpresa.

Beneficios de utilizar los dados de las emociones

El primer y más importante de los beneficios que tiene contar con un dado de las emociones y jugar con los más pequeños es el de trabajar su inteligencia emocional, la manera que tenemos las personas de identificar nuestros sentimientos y manejarlos de una manera positiva, para relacionarnos mejor con nosotros mismos y con nuestro entorno. Sin embargo, para ello, debemos dar un paso más allá, no solo vale con identificar. Aquí es donde puede ayudarnos nuestro dado:

  • Con él podemos comprender mejor en qué consiste una emoción e interiorizar que todas ellas son imprescindibles, incluso cuando nos sentimos más, para tener una buena autoestima y saber enfrentarnos a las diferentes situaciones de la vida.
  • Consecuencia de lo anterior, es la aceptación de esos sentimientos y su gestión por parte de los más pequeños.
  • Nos ayudan a mejorar nuestras habilidades sociales, facilitando las relaciones con los demás, ya que controlaremos mucho mejor esas emociones.
  • Trabajar la empatía, por lo que es recomendable jugar en familia o con otros niños.

¿Cómo hacer el mío propio?

Para hacer tu propio dado de las emociones, tan solo necesitas un folio, lápiz, colores y algo de destreza. Una vez lo tengas dibujado, podrás recórtarlo, pegarlo y empezar a utilizarlo. En cada una de las caras del dado (para lo que primero deberás crear una plantilla de seis cuadrados) debes poner una emoción diferente. Nosotros hemos elegido la alegría, tristeza, miedo, enfado, celos y sorpresa.

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Actividades que podemos realizar con un dado de las emociones

Existen muchas actividades para trabajar la inteligencia emocional de los niños, al margen de utilizar el dado que te hemos propuesto, como puede ser la de leer libros de manera personalizada, representar obras de teatro o pedirle a tus hijos que se pongan en la situación de un personaje concreto. Sin embargo, utilizar este tipo de recurso nos permite, de una vez y en grupo, reconocer cada una de las emociones representadas, saber que no son ni buenas ni malas, sino que todas ellas tienen su función (el miedo, por ejemplo, la de protegernos) y aprender a gestionarlas. Entre todos los juegos que puedes realizar con ellos, te proponemos cuatro:

  1. El primero, para que se familiaricen con el dado es tirarlo y hacerles preguntas sobre la emoción que ha tocado. Que nos cuenten qué es, cómo lo entienden ellos, en qué situaciones aparecen y por qué lo creen así. Algunas preguntas que nos sirven de ayuda, por ejemplo: ¿Qué harías si sientes alegría?¿Qué te ocurre en el cuerpo o qué notas en él cuando sientes ira?¿Qué haces cuando te enfadas?
  2. Podemos pedirle a uno de los participantes que tire el dado sin que los demás lo vean y que con sus señas y gestos nosotros tengamos que adivinar de qué emoción se trata.
  3. El tercero de ellos es lanzar el dado y pedirle a los niños que interpreten una situación o un pequeño cuento en el que ellos mismos representen esa emoción que ha tocado y nos expliquen cómo la gestionan. Se puede pedir a cada uno de los niños que lo hagan, incluso a nosotros mismos, o hacerlo en grupo.
  4. Por último, podemos utilizar el dado para que uno de nosotros interprete esa emoción y otro tenga que buscar la solución.
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