¿Tienes una relación de pareja dependiente?

Genera mucho sufrimiento cuando no hay consciencia de ello o no se sabe cómo afrontar las dependencias afectivas que nos afectan

Por Nuria Safont

La dependencia emocional en la pareja es mucho más frecuente de lo que creemos. Se trata de la necesidad constante de afecto, de atención. La autoestima de las personas dependientes se ve dañada. Las relaciones basadas en la dependencia suelen ser inestables, llenas de conflictos y no son satisfactorias.

Como explica Almudena Sos, mentora y terapeuta personal y de parejas, la dependencia afectiva en la pareja ocurre cuando alguien que está en una relación tienden a 'perderse' en la pareja. No es algo que ocurra al principio, puesto que cada uno tiene su propia identidad, pero a medida que va transcurriendo la relación, "te vas anulando". Esto es muy frecuente en casi todas las relaciones, a no ser uno de los miembros de la pareja o ambos "estén muy trabajados a nivel personal".

Cuando una persona es muy dependiente emocionalmente, pasa a vivir la vida de la otra persona. Incluso, llega a darle más importancia a los asuntos del otro. Tanto, es así que pueden dejar de existir los propios.

Por otra parte, una persona con dependencia emocional es incapaz de salir de la relación y dejar a la otra persona por muy mal que lo esté pasando. "Suele ser el otro miembro el que deja la relación", asegura la terapeuta. 

En un nivel más profundo, la dependencia emocional viene de un nivel de desconexión profundo con uno mismo. Al final, se acaba viviendo la vida de la otra persona que acentúa más esta desconexión.  Por tanto, para Almudena Sos, la dependencia no es un problema en sí, sino una consecuencia. De ahí que proponga que un individuo con dependencia emocional trabaje en un nivel más profundo para encontrar la raíz, no solo tratar el problema. 

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¿Por qué se produce?

Sos señala que hay personas que en cuanto conocen a alguien directamente "se enganchan en la otra persona porque no han tenido nunca identidad propia", ya que siempre han vivido por y para alguien. Esto ocurre mucho en casos en los que ha habido enfermos en la familia, alguien a quien cuidar, o personas con depresiones, problemas mentales, problemas de adicciones... "Es muy frecuente que te acostumbres a sentir que tú no existes". 

"Según estudios y experiencias con personas a las que he tratado en terapia, desde la cuna necesitamos establecer una conexión con nuestros progenitores, generalmente la madre. Esa conexión muchas veces es a través de la mirada, pero también puede ser a través del tacto y es frecuente que la mayoría de veces tarde un tiempo en establecerse. El niño mira a la madre y la madre está mirando a otro sitio y, cuando le mira, el niño mira a su vez para otro sitio. En esta especie de juego, a veces el niño se desespera reclamando la atención de la madre llorando, haciendo movimientos, sonidos, etc., hasta conseguirlo. Otras veces se cansa y se queda en silencio metiéndose para adentro para encontrar él mismo su propia paz interior", sugiere la terapeuta quien señala que este momento podría ser determinante para saber si el resto de la vida se va a reclamar la atención de los demás no nos vamos a esconder dentro de nuestro caparazón. 

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¿Quiénes la padecen?

Se suele decir que la dependencia emocional es más frecuente en mujeres que en hombre. Sin embargo, Almudena Sos opina que afecta a los dos miembros de la pareja por igual, solo que cada uno reacciona de una manera distinta. 

Nos detalla que la mujer suele mostrar su dependencia 'hacia afuera' más demandante de la atención de su pareja. En el caso del otro miembro, muchas veces la figura masculina, suele reaccionar a esa demanda de atención cerrándose más en sí mismo, y prestando menos atención a su pareja, con lo que acentúa el carácter dependiente de la otra persona, en este ejemplo la mujer. Pero ambos miembros son dependientes en el sentido que les afecta la actitud del otro. 

¿Cómo saber si sufrimos dependencia emocional?

La clave sería sentir que no hay paz en la relación. "Estás continuamente en un estado de miedo porque temes perder a la otra persona. No sabes tus gustos propios, ni qué te gusta hacer, ni tus comidas favoritas, ni tus películas favoritas. Sí sabes todo de la otra persona, pero a ti no te tienes en cuenta. Vives por y para la otra persona. Percibes que no eres feliz y tu día a día pesa, en vez de afrontarlo con ilusión", indica la experta en terapia de pareja. 

En estos casos, es importante pedir ayuda a un profesional con experiencia para que te ayude a ver qué tienes que hacer y qué cambios hay que implementar así como qué hay detrás de todo eso que está ocurriendo. "Es importante este paso, el de recurrir a un profesional, porque uno mismo no sabe cómo hacerlo". 

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Cinco consejos para tratar de evitar la dependencia afectiva en pareja

Almudena Sos concluye dándonos estos 'tips' para tratar la dependencia emocional: 

  1. Acude a un profesional que haya hecho el trabajo en sí mismo y que trabaje el tema de raíz. En los libros vas a obtener información, no transformación. El problema de leer libros de autoayuda y de hacerlo por tu cuenta es que crees que saber es experimentar transformación, y no es así, es simplemente repetir y reconocer mentalmente una experiencia y saber ubicarla, pero no hay transformación por lo que es difícil erradicarlo. Y, con según qué profesional trabajes, también es muy importante, ya que en la mayoría de los casos ellos no han sanado el tema porque simplemente se han quedado en lo mental.
  2. No te obstines en eliminar tus dependencias emocionales, sino en aprender a vivir con ellas sin que se te lleven por delante. Las personas dependientes, es muy difícil que eliminen la dependencia emocional al 100 %.
  3. Centrarte en ti y no en la otra persona, conscientemente. Las personas dependientes tienen tan arraigado el vivir la vida de los demás que sale de manera automática el perderse en la otra persona. Esto es algo que a las personas con las que trabajo les cuesta muchísimo. Es algo que hay que hacer continuamente trayendo el inconsciente al consciente. Lo importante es que es posible conseguirlo.
  4. Crear una vida propia. Y este es un punto muy difícil, ya que la persona dependiente nunca ha tenido esa vida propia. En terapia me gusta mucho poner el ejemplo de una relación de pareja en la que uno tiene una enfermedad, o una adicción, por ejemplo el alcoholismo, y el otro aparentemente es el sano, pero en muchas ocasiones está peor que el enfermo, ya que vive por y para él. Y es muy frecuente que cuando el enfermo o adicto se libera de esa enfermedad, el cuidador empieza a ponerse fatal, ya que su vida en los últimos años se había limitado exclusivamente a cuidar de que el otro estuviese bien. Y cuando el otro mejora, se encuentra con que tiene que mirar su propia vida de frente y sencillamente no tiene vida. Es muy frecuente desear que su cónyuge vuelva a estar enfermo, ya que así tenían toda la familia un status quo, y ahora todo se ha desmoronado. Básicamente es que ahora el otro miembro se encuentra frente a frente con una vida vacía que nunca se ha creado. Y eso da vértigo. Es imprescindible empezar a crear esa vida.
  5. Conocerte a ti misma/o y ver qué estás haciendo que para ti sea más fácil desconectarte de ti misma. De hecho, esa desconexión es una solución de supervivencia. Muchas veces lo hacemos a través de las obsesiones y compulsiones, pero esas no serían la causa sino la consecuencia de algo mucho más profundo.

Las dependencias emocionales, como todo, no son buenas ni malas. Es, simplemente, un escenario que nos permite conocernos mejor y hacer nuestra trayectoria de crecimiento y evolución personal, emocional y espiritual.

Siendo algo que nos puede hacer sufrir mucho, podemos permanecer inconscientes a ellas o, por el contrario, afrontarlas, crecer lo que tengamos que crecer, mejorar y conseguir estar muy bien con nosotros mismos y con la otra persona.

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