Mujer embarazada acariciándose la barriga©AdobeStock

Fertilidad

Cuando la maternidad en solitario es una elección

Cada vez son más las mujeres que deciden ser madres solteras por elección. Te contamos: cómo es el proceso, qué tratamientos de fertilidad existen y el testimonio de una mamá que logró cumplir su sueño.

Desde hace unos años la maternidad en solitario se ha convertido en una opción cada vez mayor entre las mujeres. Y es que son muchas las circunstancias en la vida por las que puede decidir ser madre soltera. “La sociedad está cambiando y las mujeres estamos experimentando un cambio en nuestro rol en la sociedad. Gracias al esfuerzo que hicieron nuestras madres por inculcarnos que tenemos que luchar por nuestra independencia económica, muchas mujeres a día de hoy pasan gran parte de los años que abarcan su vida fértil preparándose, haciéndose un hueco profesionalmente e intentando buscar una estabilidad económica, profesional y emocional, y cuando finalmente han conseguido todo eso, piensan en la maternidad”, nos cuenta la doctora Anabel Salazar, ginecóloga de IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad) Málaga.

Según datos de este mismo Instituto, que nos proporciona la doctora, “en el año 2017 el porcentaje de mujeres que optaban por este tipo de tratamiento rondaba el 12%, de los que se realizan en los centros IVI. Mientras que, el año pasado, el número aumentó hasta alcanzar un 20%”, afirma. “A día de hoy, las mujeres que acuden a nuestros centros para emprender la maternidad en solitario son cada vez más, y están muy seguras de sí mismas. Son mujeres valientes y decididas, que han luchado por conseguir muchas cosas que ya tienen, y no tienen miedo a crear una familia por sí mismas”.


Por qué decidir tener una maternidad en solitario

“Siempre tuve claro que quería formar una familia. Cuando alcancé los 34 y no tenía pareja estable decidí que era el momento, que no quería esperar más, lo hablé con la familia y decidí empezar con el proceso. Siempre te inundan dudas y miedos, pero lo tuve muy claro desde el principio”, nos cuenta una de las pacientes de IVI que decidió emprender la maternidad en solitario y que ha querido mantener su anonimato.

Si ya es difícil tomar la decisión de querer ser madre y elegir el momento perfecto para serlo (en el caso de que exista esa elección), a esto hay que sumar algunos de los principales ‘problemas’ que, a día de hoy, se plantean a la hora de tener hijos:

  • En primer lugar, la edad fértil: a partir de los 35 años, tanto la cantidad como la calidad de los óvulos descienden.
  • En segundo lugar, la vida personal y pareja estable: es decir, tal y como nos contaba la doctora, cuando logramos tener una estabilidad económica y laboral quizás nos falta la personal, que precisamente, se ha pospuesto por conseguir lo primero; lo que provoca el retraso de la maternidad.
  • Y, por último, por alguna enfermedad que tenga o haya pasado la paciente y, en el momento en el que se recupera y decide ser madre (por los motivos que sean), se encuentre sin pareja.

“La media de edad en la que se busca el embarazo en España de forma natural, hoy en día, está en 32 años, a la cabeza de Europa entre las futuras mamás más añosas. Pero esto no difiere mucho del escenario que nos encontramos en las clínicas con el perfil de mujeres que acuden para emprender la maternidad en solitario. Muchas de ellas nunca han buscado embarazo de forma natural, se han realizado todas sus revisiones ginecológicas y se encuentran en perfecto estado de salud reproductiva. La edad media ronda los 37-38 años, y aquí es donde la probabilidad de conseguir gestación con nuestros propios óvulos puede hacerse más difícil”, señala.

Mamá con su bebé en brazos©AdobeStock


¿Cómo es el proceso y el tratamiento de fertilidad en estos casos?

Existen varias formas de conseguir la maternidad en solitario a través de distintos tratamientos de fertilidad, que serán indicados según sea el caso de la futura mamá. “Dentro de las técnicas que vamos a poder realizar tenemos como denominador común la utilización de un banco de semen. A partir de ahí, y dependiendo de la complejidad del caso, podremos realizar una inseminación artificial que sería el tratamiento más sencillo, una fecundación in vitro, o en caso de no tener óvulos de buena calidad, podemos necesitar optar por la ovodonación o la embriodonación”, explica la doctora.

“Empezamos los tratamientos con una inseminación artificial, hicimos 4 en total y no funcionaron, por lo que decidimos pasar a la primera fecundación in vitro. Me quedé embarazada en la primera transferencia embrionaria, pero una preeclampsia hizo que en la semana 24 de embarazo, tras una cesárea de urgencia, mi hijo no pudiese superarlo. Tras esto, tuvimos que hacer un parón de un año, para recuperarme física y mentalmente”, nos cuenta la paciente.

Son muchas las circunstancias que pueden ocurrir en un proceso de estas características, como es el caso que nos cuenta esta mamá, pero la doctora también plantea otras situaciones que, en ocasiones, pueden ser un motivo de choque emocional, como, por ejemplo: “Cuando nuestra paciente acude con deseo de maternidad pasados los 40 y tenemos que exponerle la perspectiva de ovodonación o la embriodonación. Un escenario que no habían previsto y para el que van a necesitar, a veces, un acompañamiento y asesoramiento emocional, que en las clínicas les vamos a facilitar”.

Sin embargo, siempre y cuando se den las circunstancias necesarias, se puede conseguir el sueño de ser madre: “Volvimos a los tratamientos y al final, tras otra in vitro y 6 transferencias embrionarias más, luchando contra una infertilidad que me vino de golpe, con todo tipo de pruebas, y la doctora Salazar y su equipo ayudándome en todo momento, volví a quedarme embarazada. Tenía muchos miedos por la experiencia anterior, pero en este caso, el embarazo de mi hija fue maravilloso, ni un solo problema, un embarazo ideal”, nos revela la paciente. “Ahora, está a punto de cumplir su segundo año y mi vida ha dado un giro de 180 grados. Ella está fenomenal, todavía es pequeña para entender su modelo de familia pero en cuanto tenga edad suficiente hablaremos de ello. Hace unos años me surgían más dudas acerca de cómo afrontar el tema, pero cada día nuestro modelo de familia crece más y se va normalizando poco a poco”, nos cuenta feliz.


Consejos para mujeres que quieren ser madres por elección

Tomar una decisión de esta envergadura no es nada fácil, pero, tal y como dice la doctora: “A lo largo de los años en los que me dedico a ayudar a mujeres y parejas a crear familias, he aprendido algo que parece muy sencillo, pero es la base de todo lo que hacemos, y es que para formar una familia solo hace falta amor”. Las recomendaciones que brinda la ginecóloga a aquellas mujeres que estén pensando en una maternidad en solitario, son:

  • Consultar a las clínicas.
  • Informarse en las asociaciones de pacientes.
  • Buscar referentes fiables en las redes sociales de mujeres que compartan su experiencia.

“También quiero destacar que en IVI hemos desarrollado, conjuntamente con nuestro equipo de psicología, la guía para familias monoparentales, ‘La mejor decisión’. El objetivo es ofrecer una herramienta de ayuda y consulta para las mujeres que han decidido crear una familia sin pareja o para las que lo estén valorando. Ahí encontrarán testimonios, experiencias, consejos e información práctica y legal”, añade.

Mientras que el mensaje de una mujer que decidió a dar el paso hace dos años y consiguió cumplir su sueño de ser mamá es: “¡Que no lo duden! Que busquen asesoramiento médico y les informen, que se puede, y que no se dejen influir por las opiniones de los demás. En un tratamiento de fertilidad surgen muchas dudas y miedos, hay que pasar por ello para entenderlo. Si lo necesitan, que busquen experiencias de personas que hayamos pasado por lo mismo, pero, sobre todo, que se apoyen en los profesionales que están con ellos y en sus familias. Es precioso ser madre y no se van a arrepentir”.

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