Cuidar al cuidador
"El hecho cuidar a una persona es algo muy demandante para la persona cuidadora también. Supone cambiar hábitos, rutinas, y configurar nuestra vida de otro modo a como lo veníamos haciendo tiempo atrás. Sumado a ello, es difícil mantener nuestras demás áreas en equilibrio y dedicar tiempo suficiente a aquello que nos hace disfrutar en nuestro tiempo libre, nuestra pareja, trabajo, familia o hobbies", nos cuenta Luis Gómez, psicólogo en TherapyChat y Especialista en Neuropsicología.
Por otra parte, muchas veces es una única persona la que cuida y atiende a la otra persona que padece Alzheimer. En cursos leves del proceso, esto puede ser más compatible en cierta medida pero poco a poco va dificultándose más debido a que la persona va necesitando cada vez más apoyos de nuestra parte. Por ello, es vital que para que podamos cuidar bien, también nos cuidemos a nosotros/as mismos/as.
"Cuidar al cuidador trae consigo numerosos beneficios, tanto para los/as cuidadores como para la propia persona que atraviesa el proceso de Alzheimer. Si estamos descansados/as, si conservamos nuestras otras áreas en la medida de lo posible, también es más probable que nuestra calidad de vida mejore y nos encontremos en una mejor posición de prestar ayuda y apoyo a quien lo necesita. Por otra parte, las personas cuidadoras también necesitan descansar y mantener actividades diferentes al cuidado. Cuidar a una persona conlleva mucho esfuerzo, tiempo y dedicación, lo cual, si no nos permitimos descansar y disfrutar en otras áreas, puede resultar agotador e incluso “quemarnos”, teniendo como resultado un malestar profundo tanto en nosotras/os mismos como en la persona cuidada", apunta. Por todo ello, apoyar a los cuidadores/as es una parte esencial en un proceso de Alzheimer, y es recomendable contar con recursos y apoyos multidisciplinares que acompañen a todas las personas involucradas en el cuidado y convivencia.
Lee también: Se avanza en los estudios que relacionan la diabetes y el alzhéimer