El confinamiento que hemos vivido y las devastadoras consecuencias de la pandemia del coronavirus han puesto más de actualidad que nunca el concepto de autocuidado. Ha sido un freno en nuestras agitadas vidas, una privación de libertad que ha favorecido que nos demos cuenta de las cosas que son verdaderamente importantes. Este desafío a todos los niveles nos ha dado la oportunidad de hacer balance, revisar nuestros estilos de vida, apreciar el placer y el significado de las pequeñas cosas cotidianas. Pero a la vez, de dedicar más tiempo a la cocina casera, más espacio a los nuestros y, muy importante, a nosotros mismos. Por ese motivo este confinamiento ha sido una verdadera revolución interna para tantas personas.
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La fiebre por hacer deporte en casa, practicar yoga o iniciarse en el mindfulness no ha sido casual. Una situación así pone a prueba nuestros límites y se ha demostrado lo efectivo que es reservar un espacio para trabajar el cuerpo, la mente y las emociones como herramienta de estabilidad y equilibrio en nuestras vidas. Recursos de autocuidado que, ahora más que nunca, debemos integrar en nuestro día a día, pues van mucho más allá de una alimentación sana y un cuerpo bonito. No solo ayuda a mantener un estilo de vida saludable, también a prevenir enfermedades y a prepararnos para superarlas en caso de que lleguen. Autocuidarnos nos hace más resilientes, es decir, más preparados para afrontar de manera constructiva los envites de la vida, desde crisis a pérdidas o problemas de salud.
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Autocuidado, responsabilidad y necesidad
Dorothea Orem fue la primera persona que dio sentido a este término, una enfermera teórica estadounidense (1914-2007) que defendía la importancia de la participación activa de las personas en el cuidado de su salud, como responsables de decisiones que condicionen su situación. Este supuesto enlaza con principios psicológicos en los que se habla de cómo los cambios verdaderos deben venir impulsados por el deseo de uno mismo, no de directrices externas. Coger las riendas de nuestro cuidado implica responsabilidad pero a la vez una oportunidad única de desarrollo personal pues nos permite trabajar la identificación de necesidades. Y no solo revierte beneficios en ti, también equilibra la relación con todo lo que te rodea.
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¿Cómo autocuidarse?
Orem definió este concepto como "una actividad aprendida, dirigida hacia nosotros mismos o hacia los demás, con el fin de conseguir un bienestar". Sin embargo, no es algo a practicar de manera aislada; solo integrando esta consigna en nuestra manera de actuar conseguiremos un bienestar real. No en vano, el Día Mundial del Autocuidado, el 24 de julio, viene a recordar que es algo que debe estar presente las 24 horas del día los 7 días de la semana. ¿Cómo? Te damos algunas ideas:
- Dedica un tiempo a mimar tu cuerpo, puede ser un masaje en un centro especializado o simplemente aplicarte crema con atención o prepararte una rutina de belleza facial casera.
- Cuida tu imagen, no solo como algo estético sino como una manera de dar a tu autoestima el 'traje' que merece.
- Conócete a ti misma, tus necesidades, tus miedos, tus éxitos y fracasos, y no te juzgues ni castigues.
- No descuides el movimiento, bien sea practicando algún deporte, bailando o reservando un tiempo para caminar al aire libre cada día.
- Pon atención a la alimentación, comer mal es una manera común de autocastigo así como una causa directa de enfermedades.
