CÁDIZ

Una ruta por las bodegas de Jerez de la Frontera

Caballos, flamenco y vinos. No existen tres palabras que resuman mejor Jerez de la Frontera, convertidas en sus principales señas de identidad. Recorremos esta ciudad gaditana, situada a una treintena de kilómetros del océano Atlántico tierra adentro, para visitar alguna de sus más de cuarenta bodegas, cuyos vinos han sido reconocidos mundialmente por los más excelsos paladares.

Por hola.com

BODEGAS CENTENARIAS

La visita a las bodegas de Jerez de la Frontera significa adentrarse en un mundo fascinante donde el sistema de crianza y envejecimiento se explica en edificios que emulan la majestuosidad de las catedrales.

La Ruta del Vino y el Brandy tiene en la bodega Williams & Humbert, fundada en 1877, uno de sus principales hitos. Es la más grande de Europa, Premio Nacional de Arquitectura y uno de los emblemas del patrimonio histórico andaluz. Su visita invita a conocer el proceso de elaboración de las distintas variedades, junto al maridaje de productos gastronómicos típicos de la Andalucía baja. No falta un espectáculo ecuestre y un diorama virtual en la sala de añadas, donde se almacenan las botas de madera de roble americano.

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Junto a la Alameda abre sus puertas las bodegas de Tío Pepe, una de las más conocidas. Perteneciente al grupo González Byass, sus salas son una pieza de museo que muestran el sistema de crianza en criaderas y soleras. Después de recorrer las dependencias históricas que llevan los evocadores nombres de bodegas de los Apóstoles, los Reyes y la Constancia, en su tienda se pueden adquirir botellas de la marca, algunas de ellas verdaderas joyas de coleccionista.

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En la calle Arcos abre sus puertas las bodegas Lustau, fundadas en 1896 y quintaesencia de la calidad, a la vista de sus galardones internacionales. De tintes catedralicios, su visita se complementa con un paseo por los viñedos.

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Las bodegas más antiguas de la ciudad datan de 1730 y llevan el apellido Domecq. Adquiridas en su día por la marca Fundador, se hallan en Puerta de Rota, a un lado de la vieja ciudad medieval. Su interior es como un viaje en el tiempo, una vuelta al Jerez del siglo XVIII donde destaca el antiguo claustro del convento del Espíritu Santo y la majestuosidad de la bodega de La Mezquita, construida hace apenas medio siglo, pero cuyo interior almacena más de treinta mil botas.

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Williams & Humbert, Tío Pepe, Lustau o Fundador son tan solo cuatro de las más de cuarenta bodegas de crianza que abren sus puertas en la ciudad y visitarlas es la mejor forma de introducirse en el mundo de la enología jerezana.

OTROS IMPRESCINDIBLES EN LA CIUDAD

Además de las bodegas, la visita turística por Jerez de la Frontera pasa por la catedral -con su museo catedralicio-, la cartuja, la iglesia de Santiago, el alcázar árabe y la cámara oscura y el museo de los Relojes, en el palacio de la Atalaya.

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MUY RPÁCTICO

Bodega Williams & Hubert (bodegas-williams-humbert.com). La visita incluye espectáculo ecuestre, cata de tres vinos y aperitivo. Como extra, comida maridaje, flamenco y visita a viñedo. Abre todos los días. Precio: 8-9 €

Bodegas Tío Pepe (bodegastiopepe.com). Cierra domingo tarde. Precio de la visita: desde 14 €, e incluye degustación de vinos. También hay visitas especiales que se complementan con otras actividades.

Bodegas Lustau (lustau.es). Propone diferentes tipos de visita con cata, desde la básica por 15 € a una con aperitivo y almuerzo por 60 €. Cierra domingo.

Bodegas Domecq (bodegasfundador.com). La visita incluye degustación de vinos  y brandys. También brindan catas maridadas, almuerzos camperos. Domingo cerrada.

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