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Bebés

Qué son los saltos mentales en bebés, por qué se producen y cómo identificarlos

Algunos autores los denominan ‘semanas mágicas’, pero son auténticas crisis que pueden general gran angustia a los padres

Los saltos mentales o brotes de crecimiento en bebés son períodos de tiempo en los que los bebés experimentan un importante cambio de comportamiento. Algunos autores los llaman ‘semanas mágicas’ porque, además de crecer físicamente, el cerebro del niño experimenta un gran desarrollo cognitivo, pero ese nombre puede edulcorar una realidad que no suele resultar sencilla. “Yo lo llamo crisis de nacimiento”, nos cuenta con rotundidad Alba Padró, consultora internacional de lactancia, cofundadora de LactApp y divulgadora. “Hay una corriente en contra de que se le llame crisis, pero una cosa es lo que le pasa al bebé, que es el brote de crecimiento, y otra cosa es lo que pasa a las familias, que realmente tienen una crisis delante”.

 

Son etapas muy duras en los que no siempre saben por qué llora más su bebé ni cómo calmarlo ni por qué demandan más leche o duermen peor. “Es un momento en el que dudas de todo, que tienes mucho miedo” y “tenemos crisis absolutas de pánico”. La cuestión es que apenas hay evidencia científica de la existencia de estos saltos mentales. La mayor parte de lo que se sabe al respecto es fruto de la experiencia y de la observación: “Sabemos que se producen cambios en el comportamiento del bebé, ya sea solo a nivel comportamiento o que están más demandantes, más irritables, y esto se combina a veces con una mayor demanda de pecho”.

‘¿Cómo saber que mi bebé está atravesando un brote de crecimiento?’

  • Parece estar hambriento a todas horas. Pide más pecho de lo habitual y, en ocasiones, parece no saciarse. En el caso de la lactancia materna, al ser a demanda, es más fácil cubrir esa necesidad en el pequeño; en la lactancia mixta o artificial, es preciso estar más pendiente de incrementar la cantidad establecida de leche para poder atender el requirimiento del bebé (para ello hay cada vez más voces de expertos que reclaman que la lactancia artificial sea también a demanda).
  • Duerme peor. El niño modifica sus patrones de sueño y, aunque los padres se ‘quejan’ por lo general de que duerme peor y tiene más despertares, también puede ocurrir al contrario, dormir más de lo que está acostumbrado.
  • Más irritable. Casi siempre llorará más (y no sabremos muy bien por qué), aunque el hecho de parecer no saciarse nunca, unido a que pueda dormir peor, no ayuda precisamente a que el niño se calme. Incluso una posible causa que sufra algún tipo de dolor articular a causa del crecimiento, como ocurre en edades más avanzadas, puesto que su cuerpo puede crecer varios centímetros en poco tiempo.
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¿Por qué se producen los brotes de crecimiento en los bebés?

Aunque se sabe muy poco al respecto, como subraya la experta en lactancia materna, sí se puede afirmar que “el cerebro del bebé va cambiando desde su nacimiento”. El niño “va realizando aprendizajes”, algunos de los cuales van a cambiar sus pautas de comportamiento. “Lo que observamos son, a medida que crecen, esos cambios, alteraciones o aumentos de alimentación más o menos pronunciados, pero sin que tengamos una base aún muy específica, sino únicamente a través de la experiencia clínica”.

 

Aunque se suelen asociar a una mayor demanda de leche, “algunos de estos brotes de crecimiento que no están relacionados con la alimentación, pero sí están relacionados con procesos de cambio a nivel cognitivo del bebé”. Puede inducir a confusión el hecho de que los bebés que toman leche materna demanden más pecho, si bien en estos casos lo hacen más como necesidad de buscar consuelo, de calmarse, que por necesidad de una mayor alimentación. Algunos de estos saltos mentales son:

  • El salto de los 4 meses. Está relacionado con un cambio en las fases de sueño
  • El salto de los 8 meses. Relacionado, además de con otro cambio en el sueño, con la angustia de la separación, lo que “hace que los despertares nocturnos sean más frecuentes”.
  • El de los 2 años. No suele incluirse dentro de la lista de los brotes de crecimiento en bebés, pero es un importante cambio a nivel comportamental y cognitivo. Es la conocida como la crisis de los 2 años (conocida popularmente como ‘los terribles 2’) y tiene que ver con “la reafirmación del bebé” y con la etapa egocéntrica del desarrollo. “Ese egocentrismo, aunque suena fatal, es muy necesario para ellos”, apunta Padró. “Necesitan reafirmarse y oponerse a lo que les proponemos”. Esta etapa, explica, “vuelve a pasar a los 3 años”.

¿Cuánto dura cada brote de crecimiento?

No hay una duración concreta de los brotes de crecimiento, sino que dependerá de cada niño, aunque sí se puede hacer un cálculo aproximado en los siguientes saltos mentales:

  • El salto de la segunda o tercera noche de nacimiento. Es el primero de estos brotes y se produce por “una disminución de la oxitocina que el bebé recibe a través de la placenta” en el parto y hace que, durante esa noche, “el bebé esté muy despierto y muy demandante”, pero dura únicamente unas horas.
  • El salto de los 15 días. Serán tres o cuatro días, en los que demandará una mayor producción de leche y “será el momento en que más leche tomen prácticamente toda la lactancia”.
  • El salto de los 3 meses. Es uno de los más largos “y no sabemos cuánto dura”, indica Padró.
  • El salto de los 2 años. “En un niños dura uno o dos meses” y en otros, en cambio, en torno a tres o cuatro.

Cómo actuar ante una crisis de crecimiento de nuestro hijo

Lo primero es informarse y ser consciente de que es completamente normal. Tú lo estás haciendo bien y a tu bebé no le pasa nada, si bien ante cualquier duda lo conveniente es acudir a una asesora de lactancia o al pediatra para descartar que se trate de otros motivos porque, como indica Padró, en ocasiones el brote de crecimiento es “el culpable rápido”).

El siguiente paso, una vez que tenemos claro que el bebé está sano y no hay ninguna otra causa que le provoque esa irritabilidad o mayor demanda de alimento, es darle el pecho a demanda (algo que, por otra parte, se recomienda hacer desde el primer instante de vida).

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