Infertilidad femenina. Mujer con mano en corazón y apoyo de su pareja.©AdobeStock

Fertilidad

¿Cómo afecta la infertilidad a la salud emocional y física de las mujeres?

Si se confirma, su afectación es importante y, por tanto, pueden derivarse otra serie de problemas que ponen en jaque el bienestar de la mujer. Consulta, vigila y pide apoyo

La confirmación de una infertilidad es ya de por sí traumática, pero además, lo es también para la salud femenina. Si hablamos de salud mental, la respuesta es rotunda y afirmativa, “sí, sin más”, nos dice el Dr. Alessandro Magnelli, ginecólogo de la Clínica EVA. “Los problemas de fertilidad en una mujer pueden ocasionar una afectación del estado psíquico y emocional de quien lo padece, apareciendo sentimientos constantes de tristeza o cambios en el estado de ánimo”. Unas consecuencias que se suelen asociar a una infertilidad de larga evolución o al fracaso de las técnicas de reproducción realizadas hasta entonces. Es más, “algunos de estos trastornos pueden llegar a ser severos y desencadenar en una depresión o estado de ansiedad grave”.

Si además, le sumamos el plano físico, la salud de la mujer se ve aún más comprometida. Hablamos, por ejemplo, del mayor riesgo de padecer cáncer de endometrio o de la desconocida nuliparidad. El embarazo, nos explica la Dra. Isabel Vielsa, también ginecóloga, “ejerce un efecto protector frente a algunas enfermedades como el cáncer de endometrio, puesto que la ausencia de menstruación durante nueve meses, o más en el caso de varias gestaciones, nos ayuda a evitar procesos celulares anómalos”.

De estos tres grandes trastornos o afecciones hemos querido hablar con ambos expertos, teniendo en cuenta que la edad, el sexo y “la mayor o menor importancia de la maternidad en el proyecto vital de cada mujer” tendrá un papel importante en la aparición de ellos.

La edad y el género son determinantes

Alessandro Magnelli nos explica que “la edad y el género de la persona a la que se le diagnostica una infertilidad son dos factores importantes que nos predisponen a sufrir estas afecciones”. Así, las mujeres suelen encontrar una mayor dificultad para aceptar y enfrentarse a la idea de quedarse sin el hijo tan esperado. La mujer, nos dice la experta, “tiene más anhelo de construir una familia por su propia naturaleza”.

Y luego está la edad. Indudablemente, el tiempo es también muy importante, porque, “en la reproducción asistida, por ejemplo, el transcurrir de los meses se convierte en estrés”, nos dice el ginecólogo. Las mujeres que se someten a estos tratamientos son conscientes de que a mayor edad, menor probabilidad de embarazo, lo que genera, de nuevo, más estrés. Por tanto, el transcurrir del tiempo y recibirla noticia de una alteración de la fertilidad es una combinación que puede derivar en que ese estrés se convierta en algo más.

La salud mental, muy afectada por la infertilidad

Tenemos que tener en cuenta, nos advierte el experto, que “la pareja está enfrentando un momento de la vida en el que aparece o bien la esterilidad o bien la infertilidad”. Por tanto, sin importar que las causas sean masculinas o femeninas, el hecho va a generar “una clara sensación de pérdida que, desde el punto de vista emocional y psicológico, va a producir un duelo”. El paso por este duelo se produce en distintos momentos:

1. Cuando se esperaba un embarazo y este no llega.

2. El periodo en el que la pareja se enfrenta a tratamientos de diferentes complejidades para ser padres.

3. Cuando los tratamientos no tienen éxito.

4. Después de todo, se consigue el embarazo, pero, tristemente, se produce un aborto.

Todas estas fases en las que puede llegar la infertilidad “son muy difíciles de enfrentar ya por sí mismas; es la pérdida de un hijo nunca visto”. Bien es cierto que, cada una de estas etapas se vive de manera distinta por cada persona, puesto que no solo influyen las características genéticas de cada uno, sino también, “todo lo aprendido, vivido, es decir, las características epigenéticas de cada persona”.

En este momento, la pareja o la persona puede sentir “sensación de parálisis, de estar en un callejón sin salida, se sienten distintos al resto de parejas que sí pueden tener hijos e, incluso, culpables de haber llegado a esta situación”. Un caldo de cultivo para que se produzcan manifestaciones emocionales que:

  • Alteran su ritmo de vida, como son la pérdida de la líbido, de la concentración y la incapacidad de realizar las tareas diarias.
  • Fomentan la aparición de sentimientos como la rabia, la frustración y la impotencia que les hace cuestionarse su propia capacidad de reproducción.
  • También se puede percibir desesperación, sensación de culpa, pérdida de control y agobio, lo que genera un estado de ansiedad que hace que muchas parejas se aíslen, sientan pena, melancolía y soledad. En definitiva, desencadene una depresión.

Por eso, nos dice Alessandro Magnelli, en estos periodos “es vital que la pareja busque orientación y el apoyo profesional de la salud mental, para que se sientan guiados ante esta nueva situación”.

Mayor riesgo de padecer cáncer de endometrio

El cáncer de endometrio, nos explica la ginecóloga, “es una patología ginecológica que suele aparecer en la mujer posmenopáusica que ha sido sometida a un estímulo hormonal sostenido de estrógenos, no compensando por los progestágenos a lo largo de la vida”. En condiciones normales, cuando una mujer no se queda embarazada, el folículo que produce estrógenos va a degenerar y, antes de hacerlo, va a producir progesterona hasta el final del ciclo menstrual. Con lo que nuestro endometrio queda a salvo. Esa progesterona es la que se encarga de mantener el endometrio en su lugar.

Sin embargo, si existe estimulación hormonal y no hay embarazo, ese folículo va a degenerar sin más y producir una caída del nivel de progesterona, lo que produce una descamación del endometrio, disminuyendo el riesgo de padecer, por tanto, este tipo de cáncer. De esta manera, las consecuencias de una infertilidad a la que se ha llegado tras un proceso de fertilidad, puede llegar a tener también consecuencias en la salud física de la mujer.

Nuliparidad, no infertilidad

Por último, está lo que se conoce como nuliparidad. Alessandro Magnelli nos explica que “es lo que sufre aquella mujer que nunca ha tenido hijos o que, aún a pesar de haberse quedado embarazada, nunca ha conseguido llegar a término”. Es decir, la mujer que nunca ha dado a luz. Es un trastorno que no requiere un cuidado especial ni revisiones ginecológicas específicas, pero que “debería tener un seguimiento constante si comenzamos a hablar de infertilidad”.

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