El ejercicio ayuda a prevenir el dolor
Asimismo, mantener una actividad física regular no es sólo un método de prevención, sino también de tratamiento, de forma que deportes como la natación o el ciclismo, contribuyen a fortalecer los músculos para evitar que la articulación quede flácida y con esto se pueda aumentar la rigidez.
En cuanto a los ejercicios, la fisioterapeuta, entrenadora personal y embajadora de MARNYS, Crys Dyaz, recomienda comenzar los entrenamientos con un calentamiento apropiado. “Calentar de 5 a 10 minutos mejorará el flujo de sangre y oxígeno a los músculos y, además, nos ayudará a la concentración”.
Además del calentamiento previo, la entrenadora incide en la importancia de incluir en nuestra rutina ejercicios que promuevan el fortalecimiento de los huesos y articulaciones. “Los mejores serían los de resistencia y aquellos que involucran trabajar con nuestro propio peso. De esta forma, se previene la pérdida de densidad ósea y se fortalecen los músculos que rodean los huesos. Entre estos ejercicios podemos encontrar levantamiento de pesas, pilates o entrenamientos aeróbicos como correr o bailar.”
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, si bien el ejercicio es necesario, tampoco hay que pasarse y hay que descansar. Así lo indica Crys Dyaz: "cuando realizamos actividad física sometemos a nuestro cuerpo a unos niveles altos de estrés, sobre todo cuando hablamos de ejercicios de alta intensidad. Descansar permite a nuestro cuerpo recuperarse”.
Por otro lado, complementar la dieta y el ejercicio con colágeno asimilable también está demostrando ser una importante ayuda, tanto en el tratamiento como en la prevención.
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