Síndrome de Estocolmo inverso: te lo contamos todo sobre este extraño fenómeno

También conocido como síndrome de Lima, se trata de un síndrome que puede aparecer en el secuestrador. Un especialista en psiquiatría nos habla de él y de por qué aparece

Por Nuria Safont

Al igual que el síndrome de Estocolmo, en el que la víctima desarrolla sentimientos afectivos hacia su captor, en el síndrome de Estocolmo inverso, es el secuestrador el que manifiesta compasión hacia la persona que mantiene cautiva. Para entender por qué se produce, hablamos con  Dr. Enrique Guerra Gómez, especialista en Psiquiatría y miembro de Top Doctors. 

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¿Qué es el síndrome de Estocolmo inverso?

También llamado síndrome de Lima, ya que se describió en un secuestro ocurrido en esta ciudad en 1996. Ocurrió en la residencia del embajador de Japón en Lima, Perú. Durante una celebración del cumpleaños del emperador Akihito, un grupo de terroristas entró en la casa del embajador y tomó alrededor de 800 personas como rehenes.

En un principio, la gran mayoría de los rehenes, mujeres y niños sobre todo, fueron liberados rápidamente, quedando solamente 72 cautivos. Con el transcurso de los días, los secuestradores establecieron vínculos emocionales significativos con los rehenes. Sorprendentemente, desarrollaron un sentido de camaradería y protección hacia ellos.

Sin embargo, los secuestradores amenazaron con matar a todos los rehenes si eran capturados por la policía. A pesar de esto, al final decidieron liberar a 71 personas, aunque lamentablemente una persona falleció durante la crisis.

El síndrome de Estocolmo inverso o síndrome de Lima, se trata, pues de un estado psicológico que puede presentar el secuestrador, apareciendo sentimientos positivos de toda índole hacia la víctima.

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¿Cuál es la principal diferencia entre el síndrome de Estocolmo y el síndrome de Estocolmo inverso?

El estado en el síndrome de Estocolmo aparece en la persona secuestrada; es decir, en el síndrome de Estocolmo, que es el que más conocemos, los sentimientos positivos surgen hacia la persona que mantiene cautiva a la persona. En el de Estocolmo inverso aparecen en la persona que, en un principio, está agrediendo a la víctima, manteniéndola en cautiverio. 

¿Cuáles son algunos posibles síntomas?

Puesto que no está considerado por la comunidad científica como una enfermedad, habría que hablar de características:

  • Evitación del daño.
  • Actitud de comprensión y empatía.
  • Preocupación por el bienestar físico y psíquico de la víctima.
  • Compartir con la víctima datos de su vida personal.
  • Protección y cuidado de la víctima.
  • Concesión parcial o total de libertad a la víctima.
  • En algunos casos atracción afectivo-sexual por la víctima.

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¿Qué factores pueden contribuir al desarrollo del síndrome de Estocolmo inverso?

Además de haber desarrollado previamente el síndrome de Estocolmo, pueden contribuir los siguientes factores:

  • Capacidad empática del secuestrador.
  • Ausencia de antecedentes delictivos.
  • Persona con facilidad para desarrollar sentimientos de culpa.

¿En qué tipos de relaciones o situaciones es más común observar el síndrome de Estocolmo inverso?

Hay algunas circunstancias en las que pueden aparecer estos sentimientos hacia la persona secuestrada:

  • En caso de conocer a la víctima previamente si hay sentimientos de atracción.
  • Si el secuestro se produce en grupo y la persona se deja de arrastrar por este, estando en desacuerdo, no con la finalidad sino con el método que se utiliza.
  • Si la motivación de la persona para secuestrar se basa solo en una dificultad económica importante y objetivable.
  • Si hay un firme propósito previo de no hacer daño a la víctima.

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¿Cualquier persona puede padecerlo o es común en un perfil de personalidad?

Debido a que es difícil obtener muestras amplias para investigarlo, no es posible asociarlo a perfiles concretos de personalidad. Como antes dijimos, la capacidad empática, el desarrollo de sentimientos de culpa y un fuerte instinto de protección previo, lo pueden favorecer.

¿De qué forma se aborda este síndrome?

Como no está considerado una enfermedad, no puede hablarse en sentido estricto de tratamiento. Si es cierto que, una vez terminado el secuestro, algunas personas desarrollan pensamientos confusos, síntomas depresivos y fuertes sentimientos de culpa.

En estos casos, está indicado el tratamiento psicoterapéutico con el objetivo de, entre otras cosas, ayudar a la toma de conciencia de que el trato “positivo” a la víctima no puede anular el hecho de que esta ha sido privada de libertad.