Ansiedad social: ¿tú también tienes miedo al qué dirán?

Lo que crees que piensan los demás de ti puede afectar tus experiencias en tu día a día

Por hola.com

Hay personas con don de gentes, que encajan perfectamente en cualquier ambiente, que se adaptan y se sienten cómodos en cualquier situación. Pero no todos somos iguales. Y lo cierto es que esto no tiene por qué ser lo más habitual y quien más quien menos se ha visto en un ambiente social en el que no se ha sentido del todo cómodo, bien porque no conoce a la gente con la que allí coincide, bien porque nota cierta tensión o incluso porque nota cierta sensación de inseguridad. Puede pasar. Y, sin duda, es una situación que nos genera malestar. "En este tipo de situaciones en las que no nos sentimos a gusto tendemos a adoptar el personaje de adivino y empezamos a visualizar lo que está pensando cada persona, como si supiéramos lo que piensan de nosotros. Damos por hecho que no les gustamos y tenemos claro que nos están criticando. La cuestión es: ¿Es lo que los demás están pensando o es lo que tú estás pensando proyectado?", explica Ixi Ávila, coach de Inteligencia Emocional. Entra en juego lo que todos conocemos por ‘el qué dirán’. Y está claro que hay personas a las que les condiciona mucho más que a otras.

Lee también: ¿Eres una persona envidiosa? Descúbrelo haciendo este test de personalidad

¿Cómo nos afecta lo que opinen los demás?

La experta nos detalla que lo que conocemos como el "qué dirán" es a menudo una ilusión, porque para empezar hay que caer en la cuenta de que el verbo ‘dirán’ está en tiempo futuro, por lo tanto aún no ha sido dicho. “El "qué dirán" es una adivinanza que vive en nuestra cabeza y que la voz crítica inventa. No tenemos certezas de lo que otras personas van a decir y, sin embargo, muchas veces actuamos como si lo supiéramos. Y eso nos limita”, cuenta Ixi Ávila, que añade que la voz crítica proyecta sus inseguridades y las pone en boca de los demás para darles fuerza. La voz crítica ha aprendido que la posible crítica social nos paraliza porque somos seres sociales y, por lo tanto, utiliza la proyección en los demás como herramienta. Sabes que si escuchas sus mensajes en boca de otras personas te limitarás y ella conseguirá su objetivo: protegerte de la crítica real, protegerte de ser criticada/o o juzgada/o por ser quien eres.

Lee también: ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar las críticas?

Cómo evitar adivinar el "qué dirán" antes de que haya sido dicho

La experta resume sus consejos en estos cuatro pasos:

  • Paso 1. En su opinión, conviene identificar un momento en el que hayas adivinado lo que otra persona estaba pensando de ti. “Te recomiendo que elijas un momento en el que esa adivinanza fuera negativa, y el creer que otra persona estaba pensando mal de ti te haya limitado de alguna manera”, apunta. Y pone un ejemplo práctico: El otro día comiendo con unos compañeros de trabajo: "Este compañero piensa que soy aburrida y preferiría comer sin mí. Siento que mis compañeros desconectan cada vez que abro la boca, prueba de que no tengo nada que aportar".
  • Paso 2. Toca buscar evidencias a favor: ¿Cuáles son las evidencias que tienes de que estas personas están pensando eso de ti? Y hay que buscar evidencias específicas. Por ejemplo: "Ayer me interrumpieron dos veces mientras contaba algo personal". Y recuerda que puede haber otras razones detrás de estos comportamientos. ‘No es personal, simplemente tenían prisa ayer’. Ten cuidado con crear evidencias basadas en tu percepción como: “Sus vidas son más interesantes que la mía" (Para ti, quizás para ellos no) o “Me miran mal" (¿Qué es mal? ¿Estás segura/o de que es así?).
  • Paso 3. Y después es el momento de buscar evidencias en contra: ¿Cuáles son las evidencias que tienes de que estas personas no piensan eso de ti y que simplemente tu mona te está jugando una mala pasada? Ejemplo: "Me esperan si acabo un poco más tarde de trabajar para ir juntos a comer", "Me incluyen en los planes de fin de semana", "Me hacen preguntas a menudo para incluirme en cada conversación", etc.
  • Paso 4. Una vez realizado ese ejercicio práctico, comprueba si tienes más evidencias a favor o en contra, asegurándote de que sean evidencias y no creencias. Así, en el caso de que tengas más evidencias a favor, prueba a hablar con las personas para asegurarte de que no estás adivinando sino acertando y busca críticas constructivas. Y si tienes más evidencia en contra, es hora de reescribir la historia que te estás contando y darte cuenta de que la mona está inventando lo que los demás dicen de ti, pero no hay evidencia real para creer que es así.

“Lo que crees que piensan los demás de ti puede afectar tus experiencias. La ansiedad social parte de la base de una crítica social inexistente creada por nuestra crítica interna, que nos lleva a buscar evidencias para convencernos de que no somos aceptadas/os. Las personas de tu alrededor a menudo se convierten en un espejo de lo que crees de ti. No se trata de evitar el "qué dirán", se trata de transformar lo que te dices a ti para poder ser capaz de expresarte y decir lo que realmente te nace sin juzgarte!”, concluye la experta.