¿Qué aspecto tiene el herpes genital?

Te contamos qué aspecto tiene para que puedas sospechar si lo tienes, si es grave, qué tratamiento se aplica y cómo prevenir el contagio

Por Nuria Safont

La mayoría sabemos qué aspecto tiene un herpes labial, puesto muchas de nosotras, en alguna ocasión, lo hemos padecido. También denominado 'calentura', su apariencia es la de varias ampollas pequeñas y juntas llenas de líquido que aparecen en los labios o alrededor de la boca. Generalmente, a estas pupas les precede una sensación de picor o escozor. El herpes labial está producido por el herpes simple tipo 1 (VHS-1), responsable en ocasiones, del herpes genital. Pero, ¿cómo saber si lo tenemos y qué debemos hacer si sospechamos que nos hemos infectado? 

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¿Qué es el herpes genital?

Como nos explica la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri, autora del libro 'Hablemos de nosotras' (Ed. Oberon), "el herpes genital es una infección de transmisión sexual producida por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2). Aunque el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) (que es el responsable del herpes labial) también puede generar herpes genital a través del sexo oral".

Este tipo de virus no siempre produce síntomas. Y cuando se manifiesta, puede dar lugar a pequeñas lesiones que aparecen en nuestro cuerpo, principalmente, la boca o el área genital. "Hay personas que tienen este virus y no les da nunca ningún síntoma. Depende de la inmunidad", señala.

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Síntomas del herpes genital

Si el herpes genital produce sintomatología en el individuo, estas señales suelen evolucionar a modo de brotes en los que se produce: dolor y quemazón muy intensos en la zona afectada, posteriormente, aparición de unas vesículas que luego se rompen dejando la piel con pequeñas lesiones muy dolorosas. "Después las lesiones se curan, pero esto no significa que el virus desaparezca", explica la ginecóloga. 

De ahí que la curación de estas lesiones no signifique que no se pueda volver a tener otro brote. Como señalaba la experta, los depende del sistema inmunológico de la persona. Eso sí, "los brotes suelen dar sobre todo en el primer año y normalmente en cada brote los síntomas van siendo cada vez menos intensos", apunta. 

Es recomendable que exploremos nuestra área genital para detectar señales del herpes genital y consultar con el ginecólogo en caso de duda, ya que en ocasiones se puede confundir con otras lesiones de la piel, como un pelo encarnado o un granito. 

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¿Es grave?

"Lo habitual es que el herpes genital no comporte ninguna gravedad salvo en casos de inmunodepresión o en caso de transmisión al bebé en el parto", aclara. En estos casos, es importante que el médico sepa que se ha padecido o se sufre este herpes. En algunos casos en los que la mujer presente síntomas de herpes, el ginecólogo y obstetra puede optar por realizar una cesárea. 

El diagnóstico suele ser sencillo simplemente visualizando las lesiones características. En algunos casos, cuando las lesiones no son las típicas, puede ser necesario hacer pruebas complementarias para hacer el diagnóstico definitivo.

Respecto al tratamiento, este suele aplicarse en el momento del brote y consiste en la administración de antivirales para reducir, en la medida de lo posible, los síntomas. 

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¿Cómo se contagia?

Como decíamos, se trata de una infección de transmisión sexual, por lo que se puede contagiar de una persona a otra durante las relaciones íntimas. Aunque se puede contagiar en ausencia de lesiones, en pleno brote es muchísimo más contagioso. 

Estas son las diferentes vías de transmisión: 

  • Se infecta si se tiene contacto con una vesícula o llaga 
  • La saliva (si la pareja tiene herpes oral o labial) o las secreciones genitales (si hay herpes genital) son vías de contagio. 
  • Sin embargo, no se puede contraer el herpes genital al sentarse en la taza del inodoro, por la ropa de cama, de baño o piscinas. 

Es importante recordar que el uso del preservativo puede ayudar a reducir el contagio del herpes genital u oral, (ya que el sexo oral puede ser una vía de infección). Sin embargo, el condón no siempre cubre las áreas en las que pueda haber llagas, por lo que cabe la posibilidad de infección aún usando esta medida profiláctica. Por ello, es importante mantener una buena higiene sexual y evitar las relaciones vaginales, anales  u orales si la pareja está teniendo un brote.