¿Sería posible abandonar el planeta Tierra como consecuencia del cambio climático?

Sí has soñado con viajar a Marte, Venus o Mercurio, descubre por qué (todavía) no puedes hacerlo.

Por Laura Bech

Lo ha imaginado el cine y la literatura fantástica mucho antes que nosotros. Nos hemos transportado de manera imaginaria a universos paralelos, creados por la ficción y la mente privilegiada de algunos autores. El planeta atraviesa una crisis ambiental tal, que hasta el más positivo de sus habitantes, se pregunta si seremos capaces de solucionar el problema a tiempo o abandonarlo. La opción de habitar otros mundos, todavía, no es viable. No obstante, astrólogos y científico analizan algunas opciones para  acomodar nuestra  vida en otro en planeta.

¿Imaginas un día en el que te sobre tiempo?

Si sientes que el tiempo nunca te alcanza, la idea de vivir en Mercurio no es descabellada, aunque de momento sí fantasiosa. Según sus movimientos alrededor del Sol y los de rotación sobre su eje un día en el planeta Mercurio equivaldría a 176 días del planeta Tierra. Esto sería algo que no podría soportar nuestro reloj biológico y para lo que el cuerpo humano no está preparado. 

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Los billetes a Marte aún no tienen fecha de salida

Marte es el planeta que primero nos viene a la mente cuando fantaseamos con la idea de abandonar la tierra y habitar un planeta nuevo. Será por las imágenes que de él nos llegan y de ciertas similitudes que encontramos en sus paisajes áridos y desérticos con zonas de la estepa terrestre. Pero la ilusión de viajar a Marte y residir en este planeta, aún no es viable para la especie humana. 

Su atmósfera está compuesta, en un 95%, de dióxido de carbono(CO2), pero la mayor cantidad de se encuentra congelado. Es un planeta que no puede albergar vida, aunque no se descarta la existencia de microorganismos en su subsuelo. La lluvia de meteoritos en su superficie, todavía, es imposible de frenar. 

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Júpiter tampoco nos da esperanzas

Uno de los aspectos más inhóspitos que podría encontrar el ser humano en Júpiter es su radiación. Para poder tener una idea más acabada de la protección solar que deberíamos llevar, solo para permanecer unos segundos bajo su atmósfera, debería crearse una crema que supere los 10 millones de factores de protección. Júpiter puede ser estudiado como un sistema solar particular, con dos lunas que destacan: Europa y Ío. 

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Ío es imposible de habitar porque su superficie interna está permanentemente en convulsión y el calor que genera esta luna lo convierte en una hoguera para el hombre. La luna llamada Europa podría darnos alguna esperanza, pero aún no se ha podido determinar si, bajo la capa helada que rodea al satélite, existe vida submarina. 

Venus es un eterno día nublado

El planeta Venus tiene una capa nubosa constante sobre su atmósfera. La luz del día sería imposible de ver y, de poder hacerlo, nos dañaría. El 96,5% de su atmósfera es dióxido de carbono, lo contrario a lo que ocurre en nuestro planeta. Las temperaturas podrían superar los 500 grados en toda su superficie. 

Mercurio es una superficie llena de cráteres y grietas producidas por las dispares diferencias térmicas que el planeta sufre a lo largo del día. Al mediodía las temperaturas pueden rondar los 420 grados mientras que al llegar la noche baja hasta los -170 grados.  Los términos medios no existen en este planeta nada recomendable para la vida humana. 

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