Reciclaje

Cosas que no deberías tirar a la basura

Cada vez vivimos en una sociedad más concienciada con el medio ambiente y con la separación de residuos para su posterior reciclaje.

Por Cristina Soria

La selección que realizas de tu basura doméstica a veces es complicada de organizar, porque hay muchas excepciones, y existen materiales que parecen inocuos o reciclables que, sin embargo, no deberían ser desechados en el mismo cubo que otras cosas.

De esta forma, no todos los plásticos son reciclables en el contenedor amarillo, ni todos los “cristales” son vidrio. Por eso, a la hora de deshacernos de aquello que queremos tirar, a veces debemos pensarlo dos veces y plantearnos si los cuatro contenedores que habitualmente tenemos a nuestra disposición son suficientes, o si hay que recurrir a un punto limpio.

El problema normalmente es el poco tiempo del que disponemos, tanto para realizar una selección cuidadosa de nuestros productos, como de informarnos sobre qué hacer con ellos; y mucho más para buscar un punto limpio y acercarnos a él para desechar los residuos que no encajen en los contenedores comunes.

Prendas de tejidos artificiales

Cuando quieras deshacerte de ropa que ya no utilices, siempre es mejor opción optar por un contenedor específico para donar estas prendas a personas que puedan necesitarlas. Piensa que no solo su tejido puede tener valor, sino todo el proceso energético y laboral que ha culminado en la confección de tu ropa. 

Pese a que algunos de estos contenedores luego venden al peso estas prendas en países del tercer mundo, tu granito de arena puede ir más bien encaminado a hacer que el medio ambiente no se vea obligado a recibir esta prenda como basura, y darle más vida a algo que ya no usas, al margen del negocio que implican algunas de estas iniciativas.

La ropa, en principio, también podría ser desechada en el contenedor general si tiene fibras naturales que a la larga resultan biodegradables. Sin embargo, las piezas de metal de las cremalleras y botones no lo son. Y si la prenda es de polyester o cualquier otro tejido artificial, estamos ante un derivado del plástico que no tiene cabida ni en el contenedor amarillo, ni en el de los residuos comunes. Si la prenda está rota y no la quieres donar, la ropa proveniente del poliester debe ser procesada en un punto limpio.

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Pequeños electrodomésticos

En casi todos los aparatos electrónicos hay un símbolo universal que indica que no podemos tirarlos a la basura. El icono es claro, se trata de un cubo tachado. Existe una clasificación universal para todos los aparatos electrónicos que no podemos tirar a la basura, y que les ordena en función de sus componentes electrónicos y químicos para que puedan ser procesados en desde un punto limpio.

Los electrodomésticos de la llamada “gama marrón” son los aparatos de tamaño de medio a pequeño y que no están en la cocina, como los televisores, reproductores de vídeo, altavoces o mandos a distancia.

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Los de “gama blanca” son aquellos que sí están en la cocina, como la lavadora, el horno o el frigorífico. Aunque también se incluyen en estos otros aparatos que no pertenecen a la cocina pero que, sin embargo, tienen un tipo de maquinaria similar a los citados, como los aires acondicionados y ventiladores.

A los aparatos más pequeños se les denomina PAE, que engloba todo un compendio de tecnología del hogar de tamaños y utilidades muy diversas. Desde las planchas para el pelo, aspiradoras, cepillos de dientes eléctricos, cafetera o báscula.

Y por último, la gama gris está relacionada con la informática doméstica y con las comunicaciones. Los ordenadores entran dentro de esta categoría, también las tablets y los smartphones.

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Objetos que contienen química

Cuando desechamos un cosmético, estamos aportando a la naturaleza un producto químico que puede no ser inocuo. Piensa, además, que las repercusiones de nuestros actos son multiplicativas. Es decir, que un objeto no es nada, pero todos los objetos de los que nos deshacemos, en toda nuestra vida, multiplicados por todos los consumidores que tienen ese hábito, sí pueden significar una diferencia primordial para la sostenibilidad del planeta.

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Las sustancias químicas de los cosméticos pueden acabar en el agua y no depurarse adecuadamente. Además, los propios materiales con los que se envasan son plásticos que no se reciclan de forma convencional, es decir, no pueden acabar en el contenedor amarillo.

De la misma manera, si quieres deshacerte de un mechero deberías comprobar primero si todavía tiene gas, pues puede ser inflamable y una vez en la basura se perderá el control de dónde está y de en qué situación se desecha. Algo similar ocurre con los aerosoles, que no todos son reciclables y los que no lo son, presentan un serio problema para el medio ambiente.

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