El complicado año que ha puesto al límite a José Ortega Cano

El divorcio de Ana María Aldón, los comentarios sobre su pasado con Rocío Jurado, el difícil momento anímico de su hija Gloria... el diestro ha afrontado un complicado 2022

Por M. J. S

Ha tenido un año jalonado de problemas personales que pusieron a prueba su temple. José Ortega Cano ha tenido que afrontar en este 2022 no solo comentarios que se remontan a su pasado con Rocío Jurado sino a otros que aludían a su relación con Ana María Aldón. Tristemente después de cuatro años de matrimonio (estaban juntos desde 2012), su unión con la diseñadora llegó a su fin, no sin antes atravesar un camino repleto de especulaciones y dudas cuya dimensión pública le hizo llegar al límite. El diestro comenzó el año con los ecos del documental de Rocío Carrasco en el que esta contaba los pormenores de su relación con Antonio David Flores. En los capítulos de Rocío, contar la verdad para seguir viva, la hija de la artista aludía al papel que el resto de la familia había tenido en los episodios de aquella época. Fue entonces cuando se empezó a hablar del comportamiento de José Ortega Cano durante su etapa en común con la más grande, afirmaciones acerca de una actitud con la que el diestro no se sentía identificado, como se esforzó en repetir.

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Fue ese el principio de posteriores enfrentamientos dialécticos entre el torero y la hija de la artista, que hizo luego otros capítulos hablando de las pertenencias de su madre y lo que significaban para ella. Contó Rocío por qué no tiene contacto con José Ortega Cano y sus hermanos y de nuevo cuestionó la relación de su madre y el que fue su marido, algo a lo que él quiso contestar. Y su respuesta, además de chocar frontalmente con Rocío, provocó que se tambaleara su matrimonio con Ana María Aldón. Dijo el torero en una de sus intervenciones que el amor de su vida había sido Rocío Jurado, una defensa de su pasado que pasó factura a su presente. Ana María no se lo tomó muy bien pues eso, unido a otros detalles, hizo que sintiera que no se le estaba dando el lugar que le correspondía en la vida del diestro. Fue este el detonante de una crisis que comenzó entre especulaciones dado que ninguno de los dos se atrevía a hacer una confirmación oficial, quizá por no poner en palabras lo que con el tiempo parecía casi un hecho. 

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El disgusto de Ana María Aldón se hacía evidente en el programa en el que participa, Fiesta, donde, sin poder aguantar más la presión, se derrumbó explicando los difíciles momentos que atravesaba. Contó la diseñadora que su prioridad era ser feliz, pasara lo que pasara. “Estoy más enamorada de mí” reconoció. El verano marcó un punto de inflexión en los comentarios pues la diseñadora confirmó que sí, que su unión con el diestro no atravesaba un buen momento. No solo eso sino que habló de los detalles de una convivencia cordial, pero sin planes en común -de hecho con motivo de las vacaciones pasaron algunos días por separado-. Esta situación y el debate que hubo en torno a ella, provocó muchas dudas pues mientras Ana María se sinceraba en televisión, el torero no se refería al tema. “No sé por qué tiene que haber esta saña conmigo” respondía el diestro.

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Salió además a la luz la tensa relación que existe además entre la diseñadora y los hermanos del torero, especialmente con su cuñada Conchi, de quien dijo que “no le aportaba nada a su vida”. La hija mayor de Ana María, Gema, opinaba también sobre la cuestión asegurando que su madre seguramente estaría mejor sola. Respetaba la diseñadora estas explicaciones, pero reiteraba que era ella quien tenía que decidir sobre su futuro. Y así hicieron. A pesar de que con la llegada de septiembre, la pareja se dejó ver junto a su hijo José María y mientras el torero repetía que sí quería a su mujer, la ruptura avanzaba. No fueron pocas las ocasiones en las que al torero le pudieron los nervios. Unas desafortunadas declaraciones que hizo en el programa de Ana Rosa Quintana (“Mi semen es de fuerza, ¡vamos a por la niña!”), en medio de lo que comenzó como una declaración de amor hacia su mujer, se convirtieron en virales en cuestión de minutos. A la diseñadora le sorprendieron estas palabras puesto que apenas unos días antes ya había contado que, a pesar de que seguían viviendo en la misma casa, no hacían vida de pareja. Pidió disculpas después Ortega Cano por no haber medido sus declaraciones.

No pasó mucho tiempo hasta que se confirmó que los trámites de divorcio eran un hecho. "La conversación ha sido tranquila, con respeto y muy bien porque los dos tenemos un objetivo común, que es lo más importante que tenemos en nuestras vidas y con lo que más cuidado hay que tener" señalaba Ana María, que apuntaba que junto al diestro "no se sentía como una mujer de 44 años". Comenzaban unos trámites de separación en los que cada uno estaba acompañado por los suyos. José Ortega Cano ha contado con el apoyo  de su hija Gloria, que ha sufrido también un pequeño bache anímico que ha provocado preocupación en el diestro. Gloria concursaba en el reality Pesadilla en el paraíso cuando se conoció la situación personal de su padre y Ana María, por lo que a su salida se encontró con la noticia. Eso, unido a la enorme repercusión que tuvieron las palabras del torero y la denuncia que su padre interpuso contra Kiko Jiménez, su expareja, que hizo unas declaraciones sobre cómo había sido su relación con ella, provocaron que, abrumada, abandonara durante unos días sus compromisos públicos. Este cúmulo de circunstancias, la tensión acumulada y la aparición de Patricia Donoso, abogada que afirmó haber tenido una relación estrecha con el torero, acabaron con la paciencia de José Ortega Cano. 

Muy disgustado hizo varias intervenciones televisivas en las que perdió los nervios ante las informaciones que veían la luz, una agitación que preocupó a su hija que trató de frenar su enfado muy nerviosa. Incluso se le vio en dos ocasiones acudiendo al hospital. Situaciones a las que se une el distanciamiento que tiene con su hermana Conchi, tras una entrevista que concedió a Jorge Javier Vázquez en su casa. Sin duda un año complicado que José Ortega Cano estará deseando que termine, no solo por la situación en la que se encuentra ahora, ultimando el acuero de divorcio con su exmujer, que se mudará en breve a la casa que ha encontrado en un pueblo de Guadalajara, sino por las cuestiones que han surgido de su pasado con Rocío Jurado y cómo está afectando todo ello a su familia.