La condesa Alejandra vende la mansión que le regaló Margarita de Dinamarca

Por hola.com

La novia real que reinventó el romanticismo mientras bailaba su primer vals nupcial con el príncipe Joaquín, desapareció como princesa de Dinamarca en 2007, pero vuelve a ser noticia tras anunciarse que vende su palacete por algo más de tres millones de euros. La villa en cuestión, una preciosa residencia del exclusivo barrio de Hellerup, a las afueras de Copenhague, fue regalo de la reina Margarita tras su divorcio del Príncipe.

Allí la condesa Alejandra residió con sus hijos, los príncipes Nicolás y Félix, y con Martin Jørgensen, el cámara de televisión con quien rehizo su vida y con quien contrajo segundas nupcias en marzo de 2007. Pero ni Martin resultó el hombre –se acaban de separar-, ni la villa resultó la casa de su vida, ya que tendrá que desprenderse de ella, según la prensa danesa, por encontrarse en una situación económica complicada.

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Los daneses tienden a tomarse las cosas con calma, pero cuando la condesa Alejandra anunció su intención de vender la residencia, no faltó un runrún de preocupación. ¿Se llevaría a los Príncipes a Hong Kong? La que fuera princesa, conocedora del engranaje real, cortó la mecha de toda tribulación con un comunicado de prensa: “Todavía no hemos encontrado un nuevo hogar, pero permanecerá en Copenhague. Comienza una nueva era, y esperamos que llegue con expectación”.

La condesa Alejandra está preparada para un nuevo comienzo después de su divorcio de Martin Jorgensen. “Hemos vivido muchos años en nuestra casa en Svanemøllevej, y ahora es el momento para el siguiente capítulo, nuevas actividades y nuevos desafíos”, declaró a Ritzau. Uno de los nuevos episodios pasa por encontrar una nueva casa para ella y para sus dos hijos, el príncipe Nicolás, de 16 años de edad, que reside la mayor parte del año en un internado de Herlufsholm, y el príncipe Félix, de 13 años de edad.

También apunta la prensa a una nueva ilusión. De confirmarse el romance, la polémica estaría servida, ya que se relaciona a la Condesa con un político veinticinco años menor que ella, Alexander von Wildenrath Lovengreen. En cualquier caso, dicen que a la tercera va la vencida y tal vez sí esta vez se trate de la casa y del hombre definitivos.

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