Adolescentes con adicción al móvil o nomofobia.©AdobeStock

Adolescentes

El nuevo trastorno tecnológico de los adolescentes se llama ‘nomofobia’

Se define como el miedo irracional a no tener el móvil entre tus manos, con batería y constantemente. ¿Sabes cómo detectar y prevenir este problema?

Según los recientes datos recogidos por el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad, cerca de un 81% de los jóvenes españoles ya sufren nomofobia. Un trastorno que se define como el miedo irracional a permanecer un largo periodo de tiempo sin el teléfono móvil entre sus manos o, simplemente, en su bolsillo. El término proviene del acrónimo inglés “no-mobile-phone-phobia”. Y es que los españoles, en general, pasamos una media de 7 horas al día utilizando Internet, según el último estudio realizado por Hootsuite y We Are Social. Es más, casi la mitad de las familias en nuestro país admite que el móvil, la tablet o el ordenador irrumpen tres o más veces al día en el tiempo que pasan juntos. Ya son un miembro más en casa y no suele establecerse un límite horario para su uso.

Unos datos bastante preocupantes si tenemos en cuenta que la semana pasada nos llevábamos las manos a la cabeza tras conocer la noticia de que habían ingresado a un adolescente en Castellón dos meses por adicción a Fornite, un videojuego de gran éxito entre los jóvenes. Sus síntomas eran aislamiento social, rechazo de interacción social y apatía sobre todo lo que pasaba a su alrededor. Como vemos, un abuso con consecuencias graves que, en el caso de la nomofobia, no está muy lejos de convertirse en una realidad y, por desgracia, mucho más extendida entre la población. Hay una mayor cantidad de personas con acceso continuo al teléfono móvil que a un videojuego.

El mejor tratamiento, como nos dicen los expertos, es siempre la prevención. Por eso, es importante aprender a identificar este trastorno, sus síntomas y tomar medidas en casa (sobre todo, si tienes niños pequeños y adolescentes) para que no ocurra.

¿En qué consiste la nomofobia?

Como ya hemos visto, la nomofobia es el miedo irracional que sienten muchos usuarios a no disponer del teléfono móvil de una manera constante. Ya sea porque se lo han dejado en casa o, simplemente, se han quedado sin cobertura o sin batería. No está considerada aún una patología o un trastorno del comportamiento como tal, pero sí que es cierto que es consecuencia de una adicción preocupante por un uso excesivo del Smartphone (para todo aquello que no sea hablar). Una dependencia que ya nos lleva al aislamiento social y a una relación con el mundo que nos rodea siempre a través de este aparato.

Síntomas de la nomofobia

Todo se realiza por Internet. Es decir, se busca pareja por Internet y se rompe con ella a través de los mensajes de Whatsapp, las conversaciones que mantenemos son muchas veces con desconocidos y publicamos nuestra vida a través de imágenes y vídeos en las redes sociales. Una rutina diaria que es cada vez más común entre los jóvenes y, sobre todo, entre los adolescentes. Pero, ¿qué ocurre si cortamos esta vía de comunicación? Aquí es cuando aparecen los síntomas de la nomofobia:

  • Ansiedad y nerviosismo por no poder conectarse a Internet a través de su móvil.
  • Pensamientos obsesivos e, incluso, taquicardias y dolores de cabeza o estómago.
  • Resistencia al estrés.
  • Ataques de pánico.

Sin embargo, estos síntomas salen a la luz una vez se ha producido esa pérdida de contacto con el móvil, pero existen otros muchos, reconocibles antes que estos, que nos pueden alertar de que algo no va del todo bien:

  • Un nomofóbico mira de manera constante su teléfono móvil, por si ha recibido algún tipo de mensaje o notificación. Quiere verlo al instante.
  • Se quita horas de sueño para dárselas a las redes sociales.
  • Si no hay cobertura, no le convence el plan. Y siempre está pendiente de localizar un enchufe en cualquier sitio que le permita no quedarse sin batería.
  • No apaga nunca y bajo ningún concepto el móvil.

En definitiva, no es capaz de desconectarse del teléfono en ningún momento, pues cree que si no lo tiene con él o ella, no existe. Se lo lleva hasta para comer en la mesa con la familia.

La prevención es fundamental

Ante este problema, que ya es una realidad, se vuelve aún más relevante el tomar consciencia de nuestros comportamientos como padres, sobre todo, en el caso de tener niños pequeños o adolescentes. Predicar con el ejemplo, gestionar los tiempos e implantar una desconexión digital obligatoria son algunas de las claves que nos proponen los expertos de Qustodio. En definitiva, lograr una rutina digital saludable en casa para que se traslade a todos los demás ámbitos.

1. Predicar con el ejemplo desde que son pequeños

Los tres primeros años de vida de los niños son indispensables para su posterior desarrollo, e incluye también su entorno digital. Los neurocientíficos y psicólogos afirman que los menores aprenden de dos maneras: la primera, con el ensayo-error, la segunda, mediante la observación. Por tanto, nuestros hijos empiezan a entender cómo interactuar con el mundo basándose en lo que hacen sus referentes, esos a los que observan y, en este caso, son sus padres. Así que, no pienses que porque tu hijo es muy pequeño, no capta lo que estás haciendo o todas las horas que pasas con el teléfono móvil en la mano.

2. En el caso de niños y adolescentes, se recomienda el uso de plataformas de seguridad digital

Más de la mitad de los padres (en concreto, más de un 70% según el último estudio presentado por el Panel de Hogares de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC)) saben lo que significa “el control parental”, pero solo 1 de cada 10 lo utiliza. Si sabemos lo que es y entendemos su utilidad, ¿por qué no activamos esta herramienta en nuestros aparatos electrónicos? Es una manera efectiva de adoptar una rutina digital que garantice el bienestar de toda la familia, funciona como un apoyo a los padres y nos evita discusiones o que nuestros hijos acaben visualizando contenidos que consideramos inapropiados o que se mantengan demasiado tiempo ante una pantalla.

3. Gestionar los tiempos de conexión y estableced la desconexión digital

Pero hacerlo para todos los miembros de la familia. Establece tiempos cada día en los que sea obligatorio alejarse de las pantallas, no solo del teléfono móvil. Y esto vale también para los padres, no se deben atender llamadas de teléfono fuera del horario laboral, algo muy usual debido a la generalización del teletrabajo. Por eso, respeta tus horarios de trabajo, apagad los dispositivos electrónicos cuando no los necesitéis y dedicad más tiempo a otras actividades al aire libre, en la medida de lo posible, en familia. Es decir, estableced también un tiempo de desconexión digital obligatoria para todos. ¿Un ejemplo? No se llevan móviles a la mesa.

4. Otras medidas cuando la situación se complica

Aún a pesar de ello, la observación del comportamiento de tus hijos es fundamental para detectar esta posible adicción. Si compruebas que han comenzado a aparecer alguno de los que hemos destacado al inicio, toma medidas al respecto. La familia debe ser el primer punto de partida para combatir la nomofobia. Algunas de las medidas que podéis tomar es la de quitar las notificaciones del móvil o tenerlo en silencio, que no sea el protagonista de todas vuestras horas. Incluso, dejadlo en modo avión o deshaceros de aplicaciones que consuman un tiempo excesivo en vuestro día a día. Si aún así, véis que la situación no mejora, pedid ayuda.