Niños en la cocina haciendo una receta.©AdobeStock

Método Montessori

Estimula la autonomía de tus hijos desde la cocina

Según el método Montessori, cocinar es una experiencia sensorial que fomenta su autonomía y su autoestima desde un lugar seguro para ellos. Eso sí, debe ser una actividad en familia.

Según los estudios realizados por la Dra. María Montessori, nos cuenta Patricia Pérez, autora del libro recientemente publicado Cocinando en familia con Montessori (Vergara), “durante los seis primeros años de vida se desarrolla la mente absorbente de los niños y los cambios que se producen son muy rápidos”. Es un periodo en el que aprender no supone un gran esfuerzo, lo hacen de manera natural utilizando sus sentidos para explorar el entorno que les rodea y lo interiorizan todo rápidamente, “convirtiendo sus propias experiencias en aprendizajes significativos”.

Además, según la filosofía Montessori, nos dice Patricia Pérez, “el área de vida práctica se centra en proporcionar a los niños ambientes donde poder practicar y perfeccionar su autonomía, su independencia, su concentración, etc”. La manera en la que los niños aprenden es repitiendo lo que el adulto le ha mostrado con anterioridad, paso a paso, tantas veces como sea necesario, hasta que lo realizan perfectamente, ganando independencia.

Así, nos dice la autora, “los niños tienen una mente absorbente motivada por la curiosidad y, a través de la experimentación, adquieren conocimientos y desarrollan unas aptitudes que son necesarias para la vida”. Por eso, es de suma importancia observar cómo el niño se relaciona con su entorno y proporcionarle experiencias de aprendizaje que les permitan poder adaptarse al entorno que les rodea con la mayor facilidad posible. Y aquí entra la cocina.

¿Por qué la cocina favorece el desarrollo, autonomía y autoestima de los niños?

La cocina es, nos cuenta Patricia Pérez, “el lugar idóneo de nuestro hogar desde donde ofrecer a nuestros hijos estas experiencias que tienen como objetivo ayudar a estructurar su mente, así como estimular su inteligencia”. Además, es el medio perfecto para conseguir desde casa, desde un entorno seguro y de confianza para ellos, esta autonomía, independencia y autoestima mencionadas. El desarrollo de estas aptitudes les será de utilidad en el resto de ámbitos de su vida. la cocina en sí misma es una actividad sensorial muy completa.

Entre sus múltiples beneficios, destaca:


Algunas actividades Montessori para la cocina

El objetivo de las actividades que se proponen van enfocadas a que el niño adquiera un conocimiento más amplio del mundo de la cocina y que lleguen a dominar las habilidades necesarias para ser independientes en ellas. Por ejemplo, podemos pedirles:

  • Untar una pequeña cantidad de mantequilla en un recipiente antes de hornear un bizcocho.
  • Amasar la base de una pizza que, además, es una experiencia multisensorial, con sus olores, el tacto de la masa, etc.
  • Lavar bien las frutas y verduras que se van a utilizar en las recetas.
  • Pelar piezas de un tamaño adecuado a su mano y con herramientas seguras, evitando los cuchillos y priorizando los peladores.
  • Exprimir el zumo de naranja de cada mañana.
  • Mezclar ingredientes entre un bol y otro, añadir otros.

Aspectos a tener en cuenta y preparar la cocina

Todos los puntos que nos cuenta Patricia Pérez, en cuanto a saber cómo preparar la cocina para poder desarrollar con éxito las actividades que nos propone, van dirigidas, sobre todo, a la adecuación de los elementos a la edad del niño. Así:

  1. En primer lugar, la edad del niño. Hay que ofrecer siempre actividades adecuadas para la edad de nuestro hijo, pero que, a la vez, supongan un reto para ellos y de las que puedan obtener una satisfacción intrínseca. El ritmo de aprendizaje lo marca cada niño. A un niño de 4 o 5 años no podemos ponerle a hornear un soufflé.
  2. Crear un ambiente preparado para el niño y tener el convencimiento de que la cocina es el medio perfecto para experimentar un sinfín de sensaciones que le ayudarán a desarrollar destrezas y habilidades.
  3. Por otra parte, una de las cosas que les puede ayudar a sentirse involucrados a la hora de cocinar y que contribuye a aumentar su autonomía es tener todo a su alcance, para no depender de un adulto cuando necesiten coger un utensilio, “siempre dentro de unos límites de seguridad, por supuesto”.
  4. Siguiendo este punto, adaptar la cocina al niño es un paso esencial para que pueda incrementar su autonomía progresivamente y desarrollar distintas actividades.
  5. Por último, no debemos olvidar que cocinar en familia debe suponer una experiencia gratificante para todos y que nos regala un momento para hablar con nuestros hijos y reforzar los lazos afectivos, pasando tiempo con ellos. La experiencia debe ser agradable y, por tanto, la propuesta de recetas también.