No te descubrimos nada nuevo si te decimos que la capacidad terapéutica de la actividad física es de sobra conocida. Cuando hacemos ejercicio ayudamos al mantenimiento del peso adecuado, aliviamos el estrés, aumentamos la fuerza muscular, mejoramos el equilibrio y la coordinación, desarrollamos la resistencia ósea, mejoramos la atención mental y controlamos la evolución de enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes, la osteoporosis, o la artrosis. Son, como vemos, muchas las ventajas, que se enfatizan en una etapa especialmente convulsa en la vida de la mujer como es la menopausia.
“Con la menopausia, el cuerpo de la mujer sufre unos cambios importantes e inesperados tanto desde el punto de vista físico como metabólico”, afirma la Dra. Elisa Acosta, reumatóloga del Hospital IMSKE. Pues bien, según apunta la especialista, “la estadística nos dice que las mujeres que hacen deporte tienen menos síntomas asociados a la menopausia”.
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