¿Por qué nos cuesta tanto aceptar a nuestras parejas tal como son? ¿Es normal? ¿Le hemos dejado de querer o no le hemos querido nunca? Nos responde la psicóloga Sara Navarrete.
Podríamos hablar de dos supuestos donde generalmente nos cuesta aceptar a nuestra pareja, la falta de autoestima y la elección desde la fantasía.
Autoestima
Cuando hablamos de autoestima nos referimos a que una persona necesita haber trabajado su autoestima y tenerla fuerte para poder aceptar una pareja. Si uno no se quiere así mismo es muy difícil que puedas querer a otro
Fantasía
El otro supuesto aparecería en la fase previa, cuando estamos escogiendo a nuestra pareja. En esta fase tenemos que diferenciar si estamos escogiendo a la otra persona basándonos en la realidad o en la fantasía. Lo que deberíamos hacer para aceptar a nuestra pareja es elegirla basándonos en la realidad, así aceptaré a mi pareja tal cual es, sin pretender cambiar nada de él o ella.
Pero si yo cometo el fallo de escoger a mi pareja basándome en la fantasía, lo que hago es hacer una proyección de lo que yo quiero o como me gustaría que fuera esa persona. Esas ideas, pensamientos y pretensiones, mi cerebro las interpreta como una parte que mi pareja no tiene ahora, pero va a desarrollar en un futuro.
No hay que olvidar que el cerebro funciona desde un principio gestáltico, que lo que hace es completar algo incompleto. Si nos fijamos en una figura formada por puntos, nuestro cerebro tiende a completar la figura y nosotros no veremos los puntos, sino la figura ya completa.
Pues lo mismo pasa con la pareja, si elegimos basándonos en la fantasía, generándonos expectativas de lo que puede llegar a ser el cerebro, interpretará que esas cosas ya están y completamos la personalidad de nuestra pareja en base a nuestro deseo, no a una realidad.
Por eso cuando escogemos desde la fantasía es común que no aceptemos a nuestras parejas porque lo que hemos escogido en verdad es una invención, nuestra no una realidad.
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