Aumento de las alergias e intolerancias
¿Por qué cree pueden están aumentando los casos de personas con alergias e intolerancias a los lácteos? Desde la Fundación Española de Nutrición nos explican que la intolerancia a la lactosa no es un hecho reciente. La malabsorción de lactosa aparece cuando se reduce la actividad de la enzima lactasa ubicada en las microvellosidades intestinales. En las poblaciones que no consumen lácteos, la producción de lactasa suele reducirse en un 90% durante los primeros años de vida, y en las poblaciones en las que se ha mantenido el consumo de lácteos permite concentrar lactasa para una correcta absorción de lactosa. La prevalencia de la malabsorción varía según el origen étnico. Lo que está ocurriendo fundamentalmente es que hay un mejor diagnóstico en la actualidad.
“En los últimos años estamos asistiendo al aumento de determinadas enfermedades, entre ellas la alergia, que probablemente guarde relación con los cambios importantes acontecidos en nuestros estilos de vida. Publicaciones recientes relacionan estos cambios con alteraciones de nuestra microbiota intestinal, lo que se conoce como disbiosis, y que se asocia a un peor desarrollo y maduración del sistema inmunitario”, nos cuenta Rosaura Leis, que añade que la alergia y la intolerancia a un alimento no es lo mismo, aunque ambas son reacciones adversas. En la primera se demuestra un mecanismo inmunológico subyacente, mientras que en la segunda no. “En el caso de los lácteos, la alergia la desencadenan las proteínas, mientras que la sintomatología asociada a la intolerancia es más frecuentemente producida por la lactosa, el disacárido de la leche. Para la absorción de la lactosa es necesaria una enzima, la lactasa, que se encuentra en nuestro intestino. Un porcentaje alto de la población, variable en función de raza, distribución geográfica, etc, va perdiendo esta enzima a lo largo de la vida. Sin embargo, debemos tener presente que la mayoría de las personas intolerantes a la lactosa toleran cantidades habituales de consumo, especialmente si son productos lácteos fermentados, como yogur o queso. Por tanto, una vez más la importancia de seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud, para garantizar una alimentación saludable”, añade la experta.