Estos son los deportes que cuidan tu espalda

El dolor de espalda puede ser una pescadilla que se muerde la cola: no te permite hacer ejercicio y a la vez esa falta de entrenamiento juega en tu contra para que la espalda se fortalezca y sea más flexible.

Por Cristina Soria

Si sufres dolor de espalda ten en cuenta que el ejercicio físico puede ayudarte a superarlo. No sirve cualquier deporte para este fin, es cierto, y debes tener en cuenta si tu dolencia tiene que ver con una lesión, o es fruto de la inflamación por haber realizado un esfuerzo, o es que llevas una vida demasiado sedentaria con falta de ejercicio físico.

Cuando realizamos ejercicio físico estamos dotando a nuestro cuerpo de mayor fortaleza para sobrevenir el dolor, y para ser más elástico y flexible. Por lo que, pese a que pudieras tener la espalda delicada, es recomendable no dejar de realizar ejercicio para que el resto de tu cuerpo mantenga un buen estado, y también para que estos beneficios lleguen a la espalda.

Por esta razón, podemos basar nuestro entrenamiento solo en disciplinas que sean favorables a la espalda, que no la pongan al límite y la protejan, aunque sin descuidarla. Realmente, casi todos los deportes pueden realizarse si tienes precaución y tratas de mantener unas posturas óptimas que minimicen el impacto.

Pilates y otros ejercicios 

Si tus dolores de espalda no te permiten avanzar en ningún deporte en concreto, empieza por fortalecer tu cuerpo con ejercicios sencillos para obtener tono muscular y ganar flexibilidad.

Empieza realizando sentadillas, que son muy útiles para reducir el esfuerzo que realiza tu espalda cuando se enfrenta a movimientos de tensión cervical. Además de fortalecer los glúteos, las sentadillas también te ayudan a evitar el sobreesfuerzo que realizan las vértebras bajas y lumbares.

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Si ya tienes más tono y quieres profundizar en una disciplina que sea suave con la espalda, pilates puede ser una buena elección, pues trabaja la musculatura relacionada con la columna, fortaleciéndola y trabajando tu resistencia.

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Nadar, el deporte más indicado si tienes problemas de espalda

Uno de los problemas más importantes cuando quieres hacer ejercicio físico, pero tienes la espalda delicada, es el impacto, es decir, el golpe que reciben la articulaciones cuando te ejercitas. La natación minimiza ese impacto y hasta hacer que sea nulo. Cuando nadamos, nuestro cuerpo flota en el agua, y todo el movimiento que ejercemos para desplazarnos está plenamente amortiguado.

De esta forma, las estructuras espinales están protegidas, mientras que todos nuestros músculos no bajan la intensidad de su entrenamiento. Es difícil encontrar otra forma de ejercicio físico que reduzca tanto el peligro de impacto como la natación.

Aun así, es muy recomendable que atiendas a ciertos consejos sobre cómo nadar que asegurarán que no te lesiones. Como, por ejemplo, nadar de espalda, y que esta es la forma más segura para ti, pues durante casi todo el ejercicio estás manteniendo la columna espinal recta.

También es muy importante que cuando saques la cabeza para respirar, no realices una hiperextensión de la espalda y, de la misma forma, tengas cuidado al sacudir el cuello hacia atrás en cada respiración. Estos son los momentos más sensibles para tu espalda cuando estás nadando.

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Ciclismo sí, pero con precaución

Cuando corremos en bici es importante que tengamos en cuenta que tanto la bicicleta como sus ajustes son los indicados para nuestra estatura. Estar utilizando una bicicleta mal ajustada o de una estatura diferente a la nuestra puede producir lesiones, y esto se acentúa si sufrimos dolores de espalda de forma general.

Al correr en bicicleta, ten en cuenta no arquear el cuello echándolo para atrás, y tampoco lo hagas con la espalda. Es un gesto común, pero que hace sufrir a tu espalda. Cuando te sea posible, sube y baja el cuello suavemente para destensar la zona cervical. Además, si tienes degeneración del disco vertebral lumbar, te será más fácil adquirir una posición reclinada sobre el manillar.

El terreno también es muy importante a la hora de ir en bici y no hacernos daño en la espalda. Las superficies irregulares pueden producirte sacudidas, la vibración será mayor y tu columna deberá amortiguar más impactos, por lo que puedes acabar el ejercicio dolorida.

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