Para recordar mejor la historia, lee libros de papel

Sobre gustos no hay colores y cada cuál elige el formato para leer su libro preferido. En e-book o sobre papel. Sin embargo, la ciencia no engaña. Y hay estudios que confirman que hacerlo en ‘analógico’ ayuda a concentrarse más y mejor que en formato digital.

Por hola.com

Verano y vacaciones son sinónimo de descanso, de disfrute, de viajes y, como no, de lectura. Y es que muchos de nosotros aprovechamos la época estival para sumergirnos en todas aquellas historias que no hemos podido leer en invierno. Pero ¿cargamos la maleta con libros de papel o mejor optamos por el formato digital? Depende de las preferencias personales. Aunque hay estudios que indican que los libros impresos ayudan a una mejor comprensión, retención e involucran más al lector que las historias en formato digital. 

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Es el caso de un estudio realizado en la Universidad de de Stavanger, en Noruega. El trabajo, que se realizó con libros de papel y pantallas de ordenador, observó que el nivel de comprensión es mayor cuando los niños leen a la vieja usanza. De hecho, según la investigación, la información que se lee en digital desaparece antes de la memoria. Asimismo, los autores comprobaron que no importa el tipo de texto, es decir, si es ficción o no ficción. La retención siempre es mayor cuando la lectura se realiza en libros impresos. 

La ‘experiencia’ del libro

¿Por qué ocurre esto? Una diferencia obvia entre el libro digital y el analógico es que este último ofrece, además, una experiencia. El tipo de material permite valorar el peso, la textura, puedes saber cuándo empieza y cuándo termina, sabes en qué momento de la lectura estás, por ejemplo, si estás a la mitad o se acerca el final de la historia. Todo ello aporta más información al cerebro y éste puede dibujar un mapa mental del texto completo porque procesa mejor la información cuando puede tocarla y verla.

Estudios previos, de hecho, subrayan que este esquema que se dibuja en nuestra mente es particularmente importante cuando aquello que leemos es largo. Además, es esencial que podamos volver atrás y recorrer fácilmente las páginas para volver a leer, recordar y comprender mejor las relaciones entre personajes y los contextos. Un libro electrónico nos lo permite, sí, pero el deslizamiento en una pantalla impide experimentar la textura de las hojas al pasar o el número de páginas que hemos retrocedido, información que, como decíamos, ayuda al cerebro.   

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Más emociones si lees en papel

Además de una mayor comprensión, según la autora del estudio, Anne Mangen, el papel parece comunicar más emoción que las pantallas. Para comprobarlo realizó un experimento con unos colegas de la Universidad de Alberta, en Canadá. Consistió en pedir a varios grupos de voluntarios que leyeran un texto en papel y otros en una tableta. Observaron que aquellos que lo hicieron en el formato clásico se  involucraron más en la historia.

Estos resultados vienen a corroborar lo que ya sospechamos: el cuerpo y la mente están conectados. Es decir, tu cerebro interpreta lo que tu cuerpo toca. Y esta vieja sabiduría, que las filosofías orientales no se cansan en recordar, está llamando la atención de científicos, neurólogos, psicólogos y filósofos. Los autores, no obstante, advirtieron que se está investigando y que es pronto para llegar a una conclusión.

¿Significa esto que debamos olvidarnos de los avances tecnológicos y volver de nuevo a imprimir en papel? En absoluto. De hecho, hay textos que pueden ser comprendidos en una pantalla. Por ejemplo, si estamos buscando información sobre un hecho concreto (una enfermedad, o un suceso) los enlaces internos nos permiten profundizar más. E, indudablemente, el formato digital tiene una gran ventaja, la conservación del medio ambiente. 

Además, a algunas personas les parece más práctico llevar consigo un e-reader, ya que se puede manejar mejor, y aporta la posibilidad de llevar una extensa biblioteca en vacaciones. Eso sí, hay que evitar utilizar algunos dispositivos antes de acostarse. La luz azul que emiten los ordenadores, tabletas o móviles alteran la segregación de melatonina, la hormona del sueño, y puede provocar problemas para dormir. 

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