Al volante con su hija, Anna, recorrerá España con su tienda ambulante
Paz Padilla se sincera con ¡HOLA! sobre los interrogantes que rodean su vida
Nos habla de su situación profesional, su corazón y su encuentro con Felipe VI y doña Letizia
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Tan inesperada como siempre, Paz Padilla ya tiene plan para este verano: recorrer España junto a su hija, la influencer Anna Ferrer Padilla, y con una tienda ambulante de su marca de ropa, No Ni Ná. “Me he comprado un camión, lo he tuneado y vamos a ir por grandes mercados y zonas de antigüedades”, nos explica la humorista. “Al igual que está la gira de los cantantes, está la de No Ni Ná. Es “marketing” total, una cosa muy americana”, añade sobre esta aventura, que arranca el 14 de mayo en el Mercado de Motores de Madrid. Además, Paz nos habla de sus nuevos proyectos, entre los que hay uno de televisión, y nos cuenta cómo está su hija tras romper con el actor Iván Martín.
—¿De quién ha sido la idea de recorrer España con esta tienda móvil?
—De Anna. Como estudió Economía e hizo el máster en Dirección y Gestión de Producto, ella lo tenía muy claro. Me parece muy divertida y una manera de viajar con ella. Estaremos en Ibiza, Formentera, Tarifa, Málaga, Sevilla, Valencia… En septiembre, volvemos a Madrid. Es muy guay.
—¿Qué otros proyectos tienes?
—Continúo con el teatro y tengo cerrado un proyecto de televisión. Es de entretenimiento, un programa con un poquito de todo.
—Entonces, vuelves a la tele.
—¡Si no me he ido! (ríe). Soy humorista, actriz y muy polifacética. Si no estoy en un sitio, estoy en otro. Ahora se me ha abierto un mundo. Cuando estás en una cadena, no puedes trabajar en otras. Pero ya puedo estar en todos los lados. Además, voy a rodar una película este verano.
—Te ha venido bien cerrar una etapa e iniciar otra.
—No sé si viene bien o mal, pero yo las aprovecho todas. Me encanta vivir la vida y aprendo de todo.
—¿Qué has aprendido de tu última etapa en televisión?
—¿De Sálvame y Telecinco? De todo: lo que me gusta hacer y lo que no, donde quiero estar y donde no… Lo he aprendido todo. Han sido trece años haciendo un directo.
—Tu salida fue desagradable.
—Lo he vivido como un despido. Y ya está. No conozco a nadie al que no le hayan despedido nunca. O a muy pocos. En nuestra profesión, pasa muchas veces porque los programas se acaban. Si te despiden y el programa continúa, no pasa nada.
—Pero sigues adelante con el asunto judicial.
—Evidentemente, soy una trabajadora. Cuando te despiden y no se llega a un acuerdo con la empresa, pues que un juez decida lo que es justo y lo que no. Me pueden despedir, pero tengo derecho a mis cosas. No es una cuestión personal.
Anna, la artífice de esta original tienda, acaba de romper con su novio. “Es muy madura y lo enfrenta con madurez”, nos dice Paz. “Igual mañana vuelven. Yo volví con el mismo veinte años después”, añade
—¿Has vuelto a ver Sálvame?
—No. Pero no por nada, sino porque estoy en otra onda. Ayer estuve grabando y hoy, en otro sitio. La vida continúa y no soy de las que están sentadas en un sofá. Soy hiperactiva.
—Era por preguntarte por el accidente de Belén Esteban.
—Ay, pobrecita. Espero que se recupere. Lo siento mucho.
—Antes hablabas de tu película. ¿Cómo surgió la idea de llevar tu vida al cine?
—Muchas veces, un libro se lleva al teatro y, luego, al cine. A la productora Beta Films le gustó mucho El humor de mi vida y la obra de teatro. De hecho, vamos a grabar la obra para una plataforma y adaptar el libro al cine. En la película, interpretaré a la tercera de las Paz, porque no puedo hacer la de catorce años (ríe). También estaré en la adaptación del guion y la elección del casting, aunque habrá directores de casting importantes. Pero la película que voy rodar este verano es otra.
“Abierta a vivir, a amar”
—Hace unos días, confesaste que estabas abierta al amor.
—Cuando me preguntan si me voy a enamorar…, yo qué sé… Son frases hechas. Yo estoy abierta a vivir, a amar.
—Y en este momento, ¿cómo está tu corazón?
—Estoy muy tranquila, feliz y relajada. Tengo mucha ilusión. La vida es muy bonita.
—No hay ningún pretendiente, entonces.
—Con mi edad, es muy difícil…
—Paz, que no eres tan mayor.
—(Ríe) Tengo muchos amigos y amigas. Yo entro y salgo. Me gusta mucho vivir.
—Tu hija acaba de romper con su novio, Iván. ¿Cómo está?
—Ay, mi niña. La veo tan guapa, tan madura, tan equilibrada… Le digo: “Gorda, eres muy joven. Las personas se unen y luego siguen sus caminos, pero tienes que ser feliz”.
—¿La encuentras bien?
—Esto no es plato de buen gusto, pero ella es muy madura y lo enfrenta con mucha madurez. Por eso, sé que se van a llevar bien. No sé cómo va a salir esto. Igual mañana vuelven. Mira, yo volví con el mismo veinte años después. Yo qué sé… Lo importante es que no sufran y que se lleven bien.
—Hace unos días, te invitaron al almuerzo en el Palacio Real, con escritores, Felipe VI y doña Letizia.
—Fue muy guay (ríe). Me lo pasé muy bien. Estaba con María Dueñas, que es maravillosa, y saludamos a la Reina, que habló con María del musical de El tiempo entre costuras. Estuvo muy simpática. También me dio la mano Su Majestad el Rey.
—¿Hablaste con doña Letizia de tu libro?
—El jefe de la Casa Real me dijo que le había gustado mucho invitarme, no solo por lo que había supuesto el libro, sino porque las editoriales le dijeron que hay que fomentar la lectura. Da igual quien escriba un libro si la gente lo lee. Lo que me sorprendió era lo bonito del palacio, el protocolo, la llegada, la guardia real… Luego, todo estaba precioso: las flores, muchos cubiertos… (ríe). Fui superfeliz. Incluso, me emocioné, porque es el libro de Antonio. Cuando estaba en el palacio, pensaba en el libro: en lo que ayudaba y que el libro me había llevado a mí allí. Ya estoy escribiendo la segunda parte, porque quiero seguir ayudando. Mi libro termina cuando muere Antonio, pero han pasado muchas cosas en estos dos años. En julio hace dos años ya… Madre mía, mi Antonio…
—Te acordarás mucho de él…
—Todos los días. Y a todas horas.
—Has demostrado tener fortaleza, entereza. Tu testimonio ayudará a mucha gente a entender la vida.
—Sí, por eso, tengo que seguir. El libro es lo que más me reconforta, junto con el teatro. Más que la tele. Además, voy a abrir otra tienda de No Ni Ná. ¿No decían que habíamos cerrado? Pues no, abrimos otra (ríe).
—Para que luego digan que te quedas sin trabajo.
—¡Y decían que estaba arruinada y que estaba en mi peor momento! Por cierto, mis vecinos no me han denunciado. Aparte de todos los proyectos, estoy con mi huerto, con las gallinas, voy al gimnasio, salgo a correr… Es que me gusta la vida. Cuando sea vieja, ya descansaré, aunque ya soy un poco vieja (ríe).
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