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“Vivimos en un mundo tan rápido y convulso que el arte es un lenguaje que tiene que lograr que el espectador se abstraiga de la realidad", asegura Rachel Valdés. La artista, de 31 años, vuelve a la feria ARCO, que abre sus puertas en Madrid con algunos meses de retraso, pero ofreciendo la misma sensibilidad y emoción en las obras que agrupa. Participa en esta cita, a cuya llamada ya acudió el pasado año, mediante "Detrás del muro", uno de los proyectos más importantes de Ciudad de la Habana, en el que la artista está involucrada desde su primera edición hace diez años. Entre las piezas que expone está una pintura de gran formato, de casi tres metros de largo y ancho, parte de su nueva serie "Una vez en el tiempo" y tres fotografías de su obra documental durante tres momentos diferentes en el proyecto "Detrás del muro”. En su cuadro, cuenta, se muestra una creación de "automatismo psíquico", que define como "un paisaje abstracto sobre el lienzo".
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Emocionada por este “renacer de la cultura” que supone volver a esta convocatoria, Rachel no estuvo acompañada en la apertura por Alejandro Sanz, su pareja, que quizá sí que se pase uno de estos días por el recinto. “No sé si podrá venir” aseguró con una amplia sonrisa. Sí estuvo visitando su muestra José María Michavila, gran amigo de la pareja. Alejandro y Rachel, que mantienen una estable relación desde hace dos años, podrían quedarse sin vacaciones este año pues la cubana tiene importantes proyectos en los que centrarse. Además de ARCO, acaba de abrir las puertas de su estudio en Madrid donde se podrán ver obras de series anteriores como "En el espacio" y "Una vez en el tiempo", dibujos en acuarela de la serie "Piscinas" y fotografía documental con las instalaciones que ha hecho en el pasado. "Hay que aprovechar. Está comenzando a moverse todo y mucho descanso no voy a tener", aseguró, avanzando un proyecto emocionante para el mes de diciembre: "Una exposición en Art Bassel, una galería en Miami. Un solo show bastante grande”.
Una complicada infancia
Estupendas noticias para la artista, que ha logrado hacerse un hueco en los círculos artísticos más relevantes del mundo con su talento. No lo tuvo fácil pues en alguna ocasión ha recordado una infancia muy complicada en Cuba. El país no tenía recursos para garantizar el bienestar de su población, por lo que en muchas ocasiones en su casa (sus padres se separaron cuando era muy joven) no tenían ni siquiera para comer. "Mi madre dejaba de comer muchas veces para que lo hiciera yo" recordó en declaraciones a Vanity Fair. Se graduó con honores en la Academia Nacional de Bellas Artes “San Alejandro” de La Habana, (2006-2010) y, en 2012, tras la presentación en Nueva York de la Bienal de La Habana, la Rockefeller Brothers Fund se fijó en ella lo que le permitió obtener una beca en el Vermont Studio Center, uno de los centros artísticos más relevantes de Estados Unidos.
Su obra forma parte de colecciones privadas y públicas, entre ellas, The Donald Rubin Foundation, Nueva York, The Rockefeller Brothers Foundation, New York, Pérez Museum (PAMM) Miami, y Fundación Calosa, México. En el año 2016, Rachel recibe el primer premio, otorgado por The Rockefeller Brothers Foundation y The Cuban Art Fund, con una de sus creaciones y exhibe su primera obra de arte público en la ciudad de Nueva York, titulada “The Beginning of the end”, que tuvo una gran acogida y repercusión. Estuvo expuesta dos meses en la plaza de Times Square.
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Una trayectoria de éxito
Valdés vive a caballo entre Barcelona (con 20 años estuvo un tiempo en la capital catalana gracias a una beca), Madrid, donde comparte su día a día con Alejandro Sanz (se lleva a la perfección con los hijos del artista), y La Habana, donde también tiene un estudio. Se atreve tanto con instalaciones como con pinturas y fotografías. "Por lo general, el interés que me mueven en mi trabajo es el de crear espacios, ambientes que te induzcan a vivir una experiencia sensorial única, que te transporten a otra versión de la realidad. Casi siempre trabajo con escenarios, lugares que creo, plataformas que me invento en confluencia con el escenario", aseguraba en una entrevista publicada en su web, donde se pueden ver todas sus obras. “Lo que busco con las composiciones abstractas es crear un momento de paz y reflexión para el espectador, que entren en conexión con el ambiente creando un vínculo consciente entre el hombre y la naturaleza. Me gusta pensar que con mi obra transmito un estado de presencia, equilibrio y contemplación para el que observa mi obra” comentó en La Razón.
Rachel no solo está centrada en el arte sino que también ha hecho sus pinitos en la moda y en la interpretación, ámbito en el que protagonizó en 2016 el videoclip oficial de Traidora, la canción que compartieron Gente de Zona y Marc Anthony. "Qué increíble experiencia trabajar en este video, estoy feliz de ser parte de esta historia", aseguró entonces Rachel, que es amiga de la también cubana Ana de Armas. Ayudó también a la banda Rolling Stones a traducir un saludo al español durante una de las visitas del conjunto a la isla. Una trayectoria ecléctica y que, pese a que no deja de sumar éxitos, no ha logrado que pierda su humildad. "Intento mantenerme ordenada mentalmente. Tengo mis amigos de toda la vida, mi gente y soy muy natural. Notas que hay personas que preguntan de vez en cuando o se te acercan más, pero no es un big deal. Es algo que tiene que ver con mi relación, pero yo sigo siendo la misma. No quiero que nada me cambie", aseguró sobre cómo afronta la fama (declaraciones a Vanity Fair).
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