En Navidad es fácil dejarse llevar por el consumismo, por la obsesión por regalar y por colmar a nuestros niños de juguetes. Y eso tan solo es (o debería ser) una mínima parte de esta época del año. Se viva o no desde un punto de vista religioso, la Navidad es tiempo de compartir y, sobre todo, de disfrutar en familia. Pero de disfrutar en plena presencia, dejando móviles y distracciones a un lado; y mucho más aún si ese tiempo se comparte con niños. Eso, que se ha dado en llamar tiempo de calidad, es imprescindible entre padres e hijos en la primera infancia. Y en Navidades, lo ideal es que se unan otros familiares, como abuelos, tíos, primos… Cargar la mochila emocional de nuestro hijo de recuerdos y emociones únicos es el mejor regalo que podrán recibir. Hemos seleccionado algunas ideas de lo más sencillas para compartir tiempo de calidad con ellos: