Niños que apenas tienen rabietas, que desde muy pequeños son muy disciplinados y que, además, obedecen a sus mayores. Aunque ya sabemos que enseñar obediencia ciega a nuestros hijos no es en absoluto conveniente, si bien el hecho de que escuchen a sus adultos de referencia (al menos más a menudo) es un sueño para los padres. Y parece que en Japón es una realidad. El comportamiento de los niños es ejemplar, pero ¿por qué? La clave está en el Ikuji, el principio de crianza que se ha seguido desde antaño en el país del sol naciente y con la que consiguen resultados asombros. Aunque presenta algunas similitudes con la disciplina positiva, también tiene diferencias. Estas son las características principales de este método, más que exitoso: