Madre amamantando a su bebé©AdobeStock

Lactancia

¿Qué es la succión no nutritiva y por qué la necesita el bebé?

El bebé que toma pecho puede mamar de dos formas, a través de una succión nutritiva o mediante una succión no nutritiva. Cada una tiene una función muy importante, y la madre debe conocerla.

“Te usa de chupete”, “es imposible que tenga hambre de nuevo”, “solo quiere jugar”... son frases que se suelen oír cuando un bebé pasa mucho tiempo en el pecho de su madre. La realidad es que, además de los momentos en que está comiendo, la lactancia le proporciona otras muchas cosas que él necesita y busca a través de lo que se denomina succión no nutritiva.

Le hemos preguntado a Laura Villanueva, consultora certificada en lactancia materna IBCLC de www.laclinicadelalactancia.es, en Valencia, y con consulta online, por qué es tan importante este tipo de succión.

Mucho más que alimento

En el pecho de la madre, el bebé encuentra mucho más que alimento. “En la teta se come, se duerme, se relaja, se siente seguro, se siente protegido...”, comenta la experta. Así, la función de la lactancia materna excede mucho la tarea que popularmente se le reconoce: la de nutrir al bebé.

Especialmente en sus primeras semanas de vida, el niño necesita de ese contacto tan estrecho con su madre para sentirse ‘a salvo’. “Es puro instinto de supervivencia, que le dice que no puede alejarse de su mamá. Busca la teta todo el rato, aunque no sea para comer”, insiste.

De ese modo, ‘vuelve’ al entorno que conoce: el del olor, el calor y la cercanía con su madre. Estando pegada a ella se siente tranquilo.

Bebé mamando con su madre©AdobeStock

Cómo funciona la succión no nutritiva

Cuando el niño está mamando pasa por distintas fases. En primer lugar hay una primera etapa donde la succión es rápida y superficial. La función que tiene es la de estimular al pecho. “Le transmite que ya está ahí y esta señal llega a la hipófisis de la madre, para que comience a salir leche”, explica la consultora certificada.

Después de esta fase hay otra en que las succiones del bebé son más lentas y profundas. En esta, el bebé succiona y luego deglute la leche. La toma termina con otra fase de succión no nutritiva, como al principio, que es más rápida y con pausas. “Este es el momento de cambiarlo de pecho si quiere seguir comiendo”, aconseja. Así, cuando llega este momento final de la toma, el bebé se queda relajado y se puede dormir con el pecho en la boca aunque ya no esté mamando.

Para diferenciar entre los dos tipos hay que tener en cuenta que en la succión no nutritiva solo hay succión con distintas pausas, mientras que en la succión nutritiva hay succión y, además, el niño traga leche (hay deglución).

En este sentido, el bebé se autorregula de forma perfecta. Sabe lo que necesita comer, en qué momento lo necesita y va modificando la producción de leche, según lo que precisa en cada momento, sin rigidez en las tomas en cuanto a cantidad o a horario establecido.

Utilizar el pecho como chupete... ¿o el chupete como pecho?

El niño puede pasar mucho tiempo al pecho aunque no esté comiendo. Ya sabemos que necesita de ese contacto estrechísimo con su madre para sentirse seguro. Esto supone una disponibilidad casi completa de ella hacia el pequeño, que es difícil de asegurar, debido a las escasas 16 semanas de permiso de maternidad.

Además, puede haber otros factores, como la existencia de más hijos, que hagan que a la madre lactante le resulte difícil pasar todo ese tiempo amamantando al bebé. Por este motivo, y para calmarlo, a veces se recurre a un chupete. Los expertos insisten en que no se ofrezca al recién nacido hasta que la lactancia esté bien establecida, lo que puede ser más allá del primer mes de vida, pero Laura Villanueva aconseja “usarlo solamente de manera puntual y no habitual”; por ejemplo, si van solos en el coche y el bebé no se calma.

En este sentido, apunta: “Primero fue el pecho y luego el chupete. El bebé tiene nesidad de succión y por eso está en el pecho. Los que no toman teta usan el chupete como si fuera teta para esa succión no nutritiva”.

Además, explica: “El niño no succiona igual de una tetina que del pecho, y esto puede hacer que le haga daño a la madre y que succione menos, con lo que no se produce tanta leche”. Así, su opción cuando la madre necesita ese tiempo extra y el niño necesita su cercanía (que cubre muchas veces con esa succión no nutritiva) es decantarse por un portabebés, “donde sentirá su latido, su color, su olor... y ella tendrá los brazos libres si necesita hacer otra cosa”. Es una etapa muy demandante, pero que se suele circusncribir a los primeros cuatro-seis meses del niño.

No obstante, durante todo el tiempo en que esté mamando recurrirá al pecho no solo para comer, sino para calmarse, tranquilizarse o sentir cerca a su madre. Y esto es gracias a la succión no nutritiva, que tiene también ese compenente emocional.

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