Todos los beneficios de leer en voz alta con nuestros niños©AdobeStock

Educación

5 beneficios de la lectura en voz alta

Los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres mediante cuentos que escuchan desde que tienen conciencia. La lectura en voz alta fortalece, sobre todo, sus vínculos emocionales. Sus beneficios son múltiples. Estas son las grandes razones por las que debes practicarlo con tus hijos.

Sabemos mucho acerca de los beneficios de la lectura, pero poco sobre cuánto ayuda la idea de hacerlo en voz alta, ya que nos proporciona un mayor grado de desarrollo intelectual y emocional que, no sólo favorece a quien lee, si no también a quien escucha.

Los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres. Aprender a escuchar desde pequeñitos, creando un espacio de intimidad y complicidad entre el padre y el niño que permanece para siempre.

La primera conexión que tienen nuestros hijos con los libros es mediante la lectura en voz alta, una técnica que tiene grandes beneficios intelectuales y emocionales para nuestros hijos.

“Se trata de una actividad reconstituyente que puede devolvernos lo que la tecnología nos quita”, afirma Meghan Cox Gurdon (@meghancoxgurdon), experta en literatura infantil y autora de La magia de leer en voz alta de Ediciones Urano.



Esta práctica nos hace bien no sólo en la niñez, también en la adolescencia y en la edad adulta. Cada vez que leemos a los niños construimos vínculos seguros, validamos sus emociones y su experiencia en el mundo, permitiéndoles expresarse y sentirse acompañados. Además, esta actividad ayuda a los menores a mejorar su memoria, estimular su imaginación, el pensamiento crítico...

Vidina García Santana, pedagoga y directora del centro CM Estrella de Santa Cruz de Tenerife, donde se ofrecen clases de apoyo educativo (@centromultidisciplinarestrella) nos cuenta cuáles son los principales beneficios de la lectura en voz alta:

1. Fortalece los vínculos emocionales y duraderos: Es el momento de desconectar de la realidad, un tiempo perfecto para aprovechar para compartir, aunque solo sea 15 minutos al día, un rato juntos. También es una oportunidad para los encuentros, la compañía o el autodescubrimiento. Es decir, les facilita las relaciones sociales, puesto que aprenden comportamientos y actitudes útiles a través de los ejemplos de la narración. Si además lo practican en voz alta, sabrán cómo se expresan las sensaciones y sentimientos. Además, la lectura compartida crea un sentimiento de cercanía, pertenencia y placer.

2. Desarrolla un vocabulario más sólido: Los niños a los que se les lee, leen mejor y tienen más recursos en su vocabulario. En otras palabras, mejora su capacidad de expresión.

3. Despierta las ganas de leer y proporciona disfrute: los niños disfrutan de que les lean, lo que los anima a ver la lectura como algo divertido y positivo. Por otro lado, estimula su imaginación de una manera diferente a la que ven en la televisión.

4. Estimula la adquisición del lenguaje temprano: Leer en voz alta a nuestros hijos, o que lo hagan ellos mismos, favorece su desarrollo cognitivo, estimula la adquisición temprana del lenguaje y potencia la capacidad de atención que nos quitan las pantallas. Además, favorece la concentración y la atención, así como la percepción auditiva. Por otro lado, la lectura en voz alta les ayudará en los momentos de estudio, ya que al auto-escucharse la información será más personal y fácil de recordar.

5. Ayuda a los niños a leer mejor: además, les ayuda a enfrentarse a situaciones de estrés o ansiedad.

¿Sabías, por otro lado, que se ha demostrado en varios estudios que la lectura en voz alta es indudablemente más efectiva para retener a corto plazo y memorizar a largo plazo? Además, los estudios han revelado una estrecha conexión entre la capacidad de los niños de prestar atención y su capacidad para ser competentes en matemáticas y en lectura cuando sean mayores.

Como conclusión, siempre hay que tener en cuenta el momento y buscar un espacio en el que el niño sienta que sus padres o profesores le están haciendo caso y por un rato se olvidan del teléfono.

En cualquier caso, ver a un adulto leyendo es el mejor argumento para convencer a un niño de que la lectura puede ser divertida.


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