Gracia y David son de Alicante y Altea siempre ha tenido un significado muy especial en su relación. Por eso, cuando llegó el momento de planear su boda, no lo dudaron: se darían allí el 'sí, quiero', en la Finca Marqués de Montemolar. "Allí fue donde celebramos la ceremonia civil y el resto de la boda: bienvenida con vistas al mar, ceremonia en un rincón acogedor con el bonito pueblo de Altea de fondo, cóctel bajo una carpa amenizado por un grupo de música y una charanga, cena iluminada con velas y música en directo delante de una fachada preciosa e histórica y, por último, fiesta dentro de la masía hasta que el cuerpo aguantará".
La novia nos cuenta que no contaron con ninguna wedding planner para organizar todos los pormenores del enlace, pero que su hermana Carmen y Amalia, la coordinadora de la finca, fueron claves para que todo saliera como estaba previsto. "Pero si tuviese que volver a pasar por el proceso, no lo haría sin wedding planner, considero que realizan un papel fundamental y ante cualquier imprevisto su experiencia hace que todo tenga solución", asegura.
Tal vez uno de los motivos por lo que ahora lo ve tan claro es (entre otros) porque el día de la boda el tiempo les jugó una mala pasada. "Daban rachas de viento de hasta 80km/h, y nuestra ceremonia era en un mirador en alto, tuvimos que cambiar toda la organización de la boda en el último momento. Pero la verdad, con la ilusión y ganas que pusieron todos los proveedores salió genial".