Tres vestidos de novia para María Alcalde, la 'influencer' que celebró su boda en Barcelona

A veces no resulta sencillo dar con un vestido de novia que reúna todos los requisitos que busca la prometida. Y si se crea una prenda a medida tratando de unirlos todos se corre el riesgo de que el resultado sea recargado en exceso. Tal vez por eso hay quienes prefieren elegir varios diseños para su gran día. Algo así le sucedió a la influencer y creadora de contenido María Alcalde. "Sabía que quería muchas cosas, pero no podía tenerlas todas en el mismo vestido  ya que no era posible y podía salir de mi estilo. Así que lo dividimos en tres vestidos", nos cuenta. Prendas totalmente personalizadas creadas por la firma nupcial española Jesús Peiró.

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Tres vestidos para un día muy especial

María se casó el pasado mes de junio y creó junto a Merche Segarra, directora creativa de la firma, tres diseños con un punto en común: todos tenían la espalda al descubierto. "Sentí esa conexión nada más conocer al equipo. Creo que el vestido de novia hay que hacerlo donde sientas ese feeling, donde te entiendan y sepan recrear lo que quieres, sin querer llevarte por otro lado en el que no te sientas tú", nos explica.

La novia nos cuenta que para la creación de los tres vestidos hizo un trabajo de introspección, buscando en su propio estilo y pensando en todo lo que le gustaba y le sentaba bien. "Desde pequeñita pensaba casarme con manga larga y una buena cola", nos cuenta. Y así fue. María eligió un diseño con escote a la caja, entallado hasta la zona de la cadera, manga larga ajustada, y una amplísima cola. Lo que casi nadie podría imaginar al ver el vestido por delante, es que contaba con una amplísima y favorecedora abertura en la espalda. 

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María completó el primer vestido con unos zapatos de tacón plateados y un sencillo velo de tul. También llevó su anillo de pedida, una pieza de la que no prescinde ninguna novia, y unos pendientes de Leandra Studios. Eran cuatro brillantes que colgaban de forma consecutiva, creando una bonita caída. 

Como no podía ser de otro modo, la novia llevó entre sus manos un bonito ramo. El suyo era un diseño tipo bouquet compuesto solo por peonías, una apuesta (la de elegir un único tipo de flor) que cada vez convence a más novias. "En un principio pensé en un bouquet de rosas blancas, pero la rosa blanca tira más a un color crema, y contrastaría un poco con mi vestido. Así que me decidí por las peonias, ya que tiran más a blanco, y fue un acierto; mi vela favorita es la Peony & Blush Suede, de Jo Malone. Me sentí muy identificada y me encantó como quedó el ramo", nos cuenta.

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Muy especial es también el look de belleza de María. La novia nos explica que cuando se arregla para una cena nunca lleva sombras de ojos ni pintalabios, y el día de su boda sería igual. "Le dije a mi maquilladora: 'quiero que me maquilles como lo hago yo para ir a  cenar, pero bien hecho' ya que yo no soy buena maquillándome. Así que quería  verme natural y sentirme identificada. En cuanto a peinado, lleva un moño bajo y  ecogido con el primer vestido, y después hicimos unas ondas muy suaves, que llevé desde el aperitivo hasta el final de la noche". 

Cuando llegó el cóctel la novia sorprendió con un look más sensual. María reemplazó el diseño de manga larga por una prenda con escote halter, uno de sus preferidos y de los que mejor le sienta. Era una prenda confeccionada en crepé, con una hilera de botones forrados que nacían desde el borde del escote de la espalda.

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Por último, durante la fiesta, sorprendió con un tercer diseño, también con la espalda al descubierto. "Quería un toque de brillo, así que fue un vestido de pedrería, cuello pico, espalda  descubierta, y flecos para darle movimiento y que no se viese totalmente recto", nos cuenta María. 

También nos explica que como en su día a día nunca lleva tacones le preocupaba resistir cómoda durante toda la boda y decidió reemplazar sus zapatos plateados por otro diseño. "A partir del segundo vestido me cambié a unas zapatillas Golden Goose que personalicé para la boda, aunque también quería que fuesen básicas para luego poder llevar en mi día a día. Nunca llevo tacón, siempre voy plana y con zapatillas, y qué mejor que el día de mi boda para estar lo más cómoda posible y sin tener que  preocuparme por dolores de pies. Además, ¡pienso que le dieron rollazo a los dos vestidos!".

Su historia de amor

María y Pau vivían en Barcelona a escasos cinco minutos uno del otro. Esa cercanía y sus gustos comunes (ambos jugaban al pádel, por ejemplo) hicieron que sus caminos se cruzaran una y otra vez hasta que, finalmente, surgió el amor.

Ella tiene 26 años y trabaja como creadora de contenido de moda (acumula más de medio millón de seguidores en su perfil de redes sociales @mariaalcalde); él es su manager. "Trabajamos juntos, ¡y nos encanta".

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Llevaban cuatro años de relación cuando decidieron dar el paso. "Ambos queríamos casarnos, y tarde o temprano iba a pasar. Hablábamos sobre nuestro futuro juntos, sobre tener hijos, viajes… pero en cuanto a boda no hablábamos muy en profundidad ya que era algo que ambos queríamos, pero yo tampoco quería meter presión, y quería que fluyese, no me importaba cuando, sabía que él era él hombre de mi vida, así que  cuando fuese el momento, lo sería. Me pidió matrimonio cuando celebrábamos cuatro años en una viaje a Nueva York. Siempre había soñado con ir a Nueva York, y que me pidiese matrimonio ahí, fue algo inolvidable", nos cuenta María.

También recuerda una anécdota muy divertida que sucedió mientras Pau le pedía matrimonio en el puente de Brooklyn. "Había un fotógrafo que nos dijo si queríamos que nos hiciese fotos. Además de grabarnos (a mí me encanta hacernos videos cada vez que viajamos a un sitio bonito, y Pau tuvo la excusa perfecta, ya que como era algo que hacíamos siempre, no sospeché nada), estaba ese fotógrafo. A Pau le vino como anillo al dedo, y nunca mejor dicho. Ese momento tan especial quedó inmortalizado para siempre en fotos y videos. Cuando me pidió matrimonio, pensé que estaba todo preparado, pero fue pura casualidad encontrarnos al fotógrafo en ese momento".

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El pasado 3 de junio María y Pau se dieron el 'sí, quiero' en la Basílica Santa Maria de la Seu, Manresa. Después se trasladaron a la finca Can Sabaté. "Queríamos celebrarlo en  una finca en la que no hubiésemos estado en ninguna otra boda, y al encontrar ésta, le vimos muchísimo potencial y encajaba con lo que buscábamos. Quisimos que fuese una boda muy animada. Pusimos un grupo de música en el aperitivo, La Repera, que hizo que no parásemos de cantar y bailar. Durante la cena, cogimos al DJ Quike AV y Trino DJ. Entre plato y plato, había  un subidón de música, y todo el mundo se levantaba de sus sillas y se ponía a bailar. Terminamos la noche con Quike AV a los mandos, que hizo que viviésemos una fiesta de diez".

María nos explica que, en contra de lo que pueda parecer, no contaron con la ayuda de ninguna wedding planner. Pau y ella fueron los encargados de organizar todos los pormenores del gran día. "Nos encantan este tipo de cosas, organizar, vivir el proceso, hablar con los proveedores… Contactamos con los mejores proveedores y quedó tal y como lo imaginábamos siempre que hablábamos de como queríamos la decoración, ambiente… todo".

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Quedarse con un único momento del gran día no es sencillo y a María le cuesta decidirse. "Todo fue especial: llegar al altar y ver a mi futuro marido, disfrutar del aperitivo con un grupo de música que hizo que no parásemos de bailar, cenar con la decoración de luces, velas y flores que parecía que estábamos en un cuento de hadas, terminar el baile con fuegos artificiales… Escogería todo de nuevo".

María quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.

• Fotógrafos: Click10 Fotografía 
• Vestidos: Jesús Peiró
• Luces: The Boda Producciones 
• Flores: Flors Bertrán 
• Dj: Quike AV (en la fiesta) y DJ Trino (en la cena) 
• Grupo aperitivo: La Repera 
• Finca: Can Sabaté

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