6. Vigila tu dieta
Meritxell Martí apunta que hay que procurar no comer comidas muy copiosas o de difícil digestión, que harán aumentar la temperatura corporal. “Es preferible comer ligero a comidas muy altas en calorías y muy ricas en grasas. Y hay que añadir en la dieta alimentos frescos, ricos en verduras sobre todo los de hoja verde, como pueden ser las ensaladas con rúcula, lechuga, espinacas, sopas como el gazpacho, o smoothies verdes a los que podemos añadir hierbas aromáticas que ayuden a mejorar la circulación sanguínea, como puede ser el perejil o la albahaca”, recomienda.
En cuanto a las frutas, todas están permitidas, pero mejoraremos si escogemos las que tengan una mayor capacidad drenante, como puede ser la piña, rica en enzimas digestivos, el melón o la sandía, que tienen un alto contenido hídrico y pocas calorías, y los cítricos que, además, aportan vitamina C.