5 señales que pueden indicar que estás sufriendo 'mobbing' en el trabajo

Más de una quinta parte de los trabajadores sufre episodios de acoso laboral, por lo que es importante reconocer las señales para detectarlo

Por Pilar Hernán

Los datos son bastante llamativos: más de la quinta parte de los trabajadores sufre mobbing. Así se concluye de la primera encuesta mundial realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre experiencias de violencia y acoso en el trabajo. Y lo cierto es que no es un problema menor, pues las consecuencias de ser víctima de acoso en el trabajo son muchas. "Van desde las más 'sencillas', como la irascibilidad, irritabilidad, agresividad o tristeza, hasta las más complejas, que persisten en el tiempo y que requieren de tiempo y de tratamiento", explica Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

¿Cuáles son? Van desde el síndrome de estrés postraumático, la indefensión aprendida, el trastorno de ansiedad generalizada, el agotamiento emocional (que podría llegar al bajo estado de ánimo e incluso a la depresión, la desconfianza y la inseguridad relacional), las dificultades sociales, que pueden llevar al aislamiento social y profesional, el hecho de estar en constante situación de alerta, la incapacidad para experimentar placer o los trastornos de pánico, entre otros. "Además, estas secuelas van siempre acompañadas de sintomatología física (psicosomática) y a veces cognitiva, como el embotamiento intelectual o los problemas de memoria", añade.

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Es importante, eso sí, concretar qué acciones concretas pueden considerarse "violencia psicológica extrema" sobre otra persona en su lugar de trabajo. Según Pere Vidal, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y abogado laboralista, las que muestren desprecio a través de gestos y comportamientos; las dirigidas al aislamiento físico y psíquico de los trabajadores del resto de la empresa por un período de tiempo, y también, los mecanismos que tienen como fin obstaculizar la actividad profesional de la víctima, lo que puede materializarse, tal y como detalla el experto en las siguientes situaciones.

Que te pongan dificultades para teletrabajar (mientras el resto de la plantilla sí lo hace)

Como explica Pere Vidal, que la empresa se niegue sin razones objetivas a que la persona teletrabaje, al igual que facilitar equipos inadecuados para poder teletrabajar, se pueden considerar hechos que constituyen acoso laboral.

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Que no se facilite la conciliación de manera injustificada

Un aspecto como el de la conciliación familiar y laboral también está en el punto de mira. Y como explica el profesor colaborador de la UOC, si la negativa de la empresa a facilitar las medidas de conciliación solicitadas por la persona empleada "es del todo injustificada y arbitraria", puede considerarse acoso laboral en caso de que esta situación se dé "en el marco de un ambiente laboral enrarecido en el que se han sucedido arbitrariedades en el ejercicio del poder de dirección que se hayan exteriorizado con hechos, órdenes o palabras repetidas y duraderas en el tiempo dirigidas a desacreditar, desconsiderar y aislar a la víctima con el fin de conseguir un autoabandono del trabajo y de producir un daño progresivo y continuo".

Que se deje a la persona empleada fuera del grupo de mensajería de la oficina

Los grupos de WhatsApp o las cadenas de correos creadas con fines laborales también pueden ser objeto de polémica. Y también puede considerarse acoso laboral el hecho de no incluir a la persona trabajadora en dichos grupos en los que participa el resto de la plantilla o grupo de trabajo, siempre que no se trate de un hecho aislado y haya una intencionalidad. La razón es que ocultar información relevante para el desempeño del trabajo o la negación por parte del equipo de referencia o del superior a comunicarse con la persona trabajadora pueden ser considerados acoso moral.

Que se encarguen tareas de excesiva dificultad

“Obstaculizar la actividad profesional de la víctima, con el objeto de dificultar el desempeño de su trabajo, encomendándole tareas de excesiva dificultad o trabajo en exceso, con la inevitable disminución de rendimiento y de pluses retributivos no fijos" es, tal y como explica el experto, un ejemplo claro de acoso. Igualmente se considera acoso laboral el encargo de trabajos humillantes o inferiores a los propios de la cualificación y competencia de la persona trabajadora.

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Que se haga luz de gas o 'gaslighting'

En este caso, estamos ante un tipo de acoso muy sutil que, tal y como nos explica el experto, puede traducirse en bromas inapropiadas e hirientes, exageración de los errores, evaluaciones negativas constantes del rendimiento de la persona trabajadora o hacer circular rumores y calumnias sobre ella, entre otras situaciones. Vidal indica que el acoso laboral o mobbing es un proceso que se compone de una serie de actuaciones hostiles que, tomadas de forma aislada, podrían parecer anodinas, pero cuya repetición constante tiene efectos perniciosos, y hacer luz de gas o gaslighting es un ejemplo de ello.