Depresión mayor con síntomas psicóticos, un subtipo grave pero con tratamiento

Hay formas de depresión más severas que se manifiestan con delirios y alucinaciones. Te explicamos en qué consiste este tipo de depresión. Además, te damos algunos consejos para prevenir esta enfermedad

Por Nuria Safont

La depresión es un trastorno del estado del ánimo en el que éste se encuentra anormalmente bajo, existe una pérdida de interés o placer en casi todas las cosas, tristeza e irritabilidad. La depresión clínica es la situación que se produce cuando la intensidad o duración de estos sentimientos es tan acentuada que se hace “incomprensible” y parece irracional y desproporcionada respecto a las circunstancias. En estos casos, los sentimientos de tristeza y las ganas de llorar pueden no ser las manifestaciones más obvias, sino que empiezan a surgir otros síntomas psicológicos y físicos.

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Tipos de depresión 

Dentro de los trastornos depresivos, nos encontramos con los unipolares

  • Trastorno depresivo mayor, caracterizado por una combinación de síntomas que incapacitan a la persona y le impiden desenvolverse con normalidad. Cuando se repite a lo largo del tiempo recibe el nombre de trastorno depresivo mayor recurrente.
  • Trastorno distímico o distimia, que conlleva síntomas depresivos menos intensos pero de mayor duración.

Además, existen varios subtipos de depresión en función de diferentes clasificaciones, tales como la depresión primaria frente a secundaria; endógena frente a reactiva; psicótica versus neurótica; depresión postparto; o depresión atípica. También es posible diferenciar la depresión por su frecuencia, existiendo así el episodio único o la depresión recurrente.

Por otro lado, destacan los trastornos bipolares:

  • Trastorno bipolar, donde se alternan episodios depresivos con episodios maníacos.
  • Trastorno ciclotímico, en el que se alternan fases depresivas y maníacas menos intensas y de mayor duración.

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¿Qué es la depresión psicótica?

La depresión psicótica, o depresión unipolar con síntomas psicóticos, es un tipo depresión grave. Los síntomas de esta enfermedad suelen ser: 

  • Alteraciones cognitivas
  • Insomnio
  • Quejas somáticas e hipocondriacas
  • Agitación psicomotriz
  • Impulsividad
  • Ideas delirantes y alucinaciones. 
  • Estas ideas suelen ser compatibles con sentimientos de minusvalía, desesperanza, culpa, castigo merecido, nihilismo (como que puede ocurrir un desastre inminente) 
  • Intento de suicidio 

Se estima que la prevalencia de la depresión psicótica es del 0,4% frente al 2% de la depresión sin síntomas psicóticos. Asimismo, es más frecuente en mujeres, así como en personas sin empleo que reciben ayudas del estado, o pacientes con antecedentes familiares de trastorno bipolar (no esquizofrenia). 

Para el diagnóstico de esta enfermedad, los especialistas se basan en los criterios diagnósticos de la depresión psicótica del DSM-V, que es el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA). Por tanto, el diagnóstico solo puede hacerlo un médico. 

Respecto al tratamiento, el objetivo de este es la remisión, es decir, que desaparezcan los síntomas psicóticos, así como los afectivos o, al menos, que mejoren. Para los episodios agudos se utiliza tratamiento farmacológico (antidepresivos/antipsicóticos) y, si es necesaria, terapia electroconvulsiva. Estas líneas de abordaje terapéutico tienen que venir acompañadas de psicoterapia. 

Posteriormente, el paciente seguirá con tratamiento de mantenimiento y psicoterapia para evitar o reducir en la medida de lo posible la reaparición de los síntomas. 

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¿Se puede prevenir la depresión?

Los trastornos del ánimo puede prevenirse evitando los desencadenantes conocidos o enfrentándose a ellos con un pensamiento positivo y maduro de aceptación ante las pérdidas. Aún así, y dado que la depresión puede obedecer a un desequilibrio bioquímico, los esfuerzos deben estar encaminados a fortalecer el organismo, preparar una mente fuerte y, de producirse la depresión, a tratar de controlar posibles recaídas mediante medicación y psicoterapia si el especialista lo considera necesario. No obstante, unos hábitos de vida sanos pueden ser de gran utilidad.

Muévete y aliméntate bien: La actividad física no sólo ayuda a aliviar la tensión muscular, sino que también mejora el estado de ánimo. Antes y después de la actividad física, el organismo produce ciertos químicos llamados endorfinas, responsables del bienestar. No es necesario realizar un ejercicio físico extenuante, bastará con caminar a paso moderado entre 30 y 45 minutos. Si pueden ser diarios, el beneficio será mayor. Al igual que si la actividad física se realiza en compañía, puesto que está demostrado que las relaciones sociales favorecen el óptimo estado de salud mental y físico de la persona. Respecto a la alimentación, es vital que en la dieta predominen frutas y verduras, así como legumbres, cereales y pescado. Hay que evitar los alimentos estimulantes como el café o el té y optar por infusiones relajantes o libres de teína.

Pide que te escuchen. Todo el mundo se siente mejor cuando encuentra a un interlocutor que se sienta frente a él y trata de ayudarle a resolver sus problemas. Ocurre lo mismo cuando hay una dolencia de por medio. La escucha y la palabra son dos elementos terapéuticos excelentes. Una persona que se siente apoyada y comprendida y a la que se le quita el miedo a la enfermedad, es una persona más sana. Pide ayuda a tus familiares y amigos.

Reserva un tiempo para ti. Cuidarse es importante y dedicarse tiempo de calidad, sabiendo disfrutar de la soledad, es vital para gozar de buena salud mental. No es necesario ocupar un día entero. Bastarán 15 minutos diarios que pueden organizarse para hacer aquella actividad que más satisfaga (leer, salir a pasear, escribir un diario, cocinar un pastel, tocar un instrumento, un baño de burbujas…). Una buena técnica para prevenir el estrés, la ansiedad y la depresión, es la meditación. Es sencilla, natural y no requiere esfuerzo. Se practica durante 15-20 minutos una o dos veces al día, sentándose cómodamente con los ojos cerrados y tratando de dejar la mente en blanco. Es inevitable que pasen miles de pensamientos por la cabeza, pero deben dejar que fluyan sin centrarse en ellos. También es importante recordar que las salidas al campo contribuyen al buen estado psíquico. La contemplación de la naturaleza baja, baja las constantes vitales y relaja.

Cuida tu sueño: El sueño es imprescindible para la vida. Permite al cuerpo descansar y recuperarse para encarar un nuevo día, pero además, es necesario para combatir enfermedades. Si no se duerme lo suficiente, es difícil enfrentarse a los problemas y verlos en perspectiva así como disminuir el riesgo de enfermar. Durante el sueño, el cerebro también procesa la información acumulada durante el día, la clasifica, almacena lo importante y elimina lo que no lo es, es decir, de consolida la memoria. Los expertos recomiendan que se duerma entre siete y ocho horas. ¿Cómo dormir mejor? Para conciliar y mantener el sueño, es importante seguir estos consejos:

  • Acostarse y levantarse siempre a la misma hora
  • Darse un baño caliente antes de dormir, tomar un vaso de leche caliente o hacer una actividad suave que relaje, como por ejemplo, leer.
  • No ver películas o noticias que puedan alterar el estado de ánimo.
  • Procurar un ambiente cómodo, sin excesos de temperatura (unos 20 ºC) y sin ruidos.
  • No irse a la cama con el estómago lleno. Es preferible tomar una cena ligera y que contenga alimentos precursores del sueño como por ejemplo, los carbohidratos o algunas frutas como el plátano.

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Referencias:

  1. Centro Nacional de Información sobre la Salud de la Mujer, EEUU
  2. Depresión psicótica: más allá del trastorno depresivo mayor. Interpsiquis XIX Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría
  3. Organización Mundial de la Salud (OMS)
  4. Lynette L. Craft, Ph.D. and Frank M. Perna, Ed.D., Ph.D.The Benefits of Exercise for the Clinically Depressed. Prim Care Companion J Clin Psychiatry. 2004
  5. Stefan G Hofmann 1, Alice T Sawyer, Ashley A Witt, Diana Oh. The effect of mindfulness-based therapy on anxiety and depression: A meta-analytic review. J Consult Clin Psychol 2010 
  6. VII Seminario Lundbeck. Ansiedad y Depresión, las dos caras de la misma moneda. Ibiza 2013