La sandía está compuesta aproximadamente por un 92% de agua, lo que la convierte en una fruta muy hidratante e ideal para sofocar los calores veraniegos. Podemos incorporarla en sopas frías como esta, que es una especie de gazpacho pero sin tomate y algo más ligera. Resulta de lo más refrescante y saludable. Se hace en muy pocos minutos y más fácil no puede ser. Además, esta fruta está llena de vitaminas y antioxidantes. La dulzura de la sandía se equilibra muy bien con el frescor del pepino, el toque cítrico del lima, el aroma inconfundible del ajo y el guiño de la guindilla verde fresca.
- 500 g de Sandía
- 1 unidad de Pepino
- 1 diente de Ajo
- 1 unidad de Cebolleta
- 1 litro de Agua
- 1 chorrito de Zumo de lima
- 1 chorrito de Aceite de oliva virgen extra
- 1 pizca de Sal
- 1 unidad de Guindilla verde fresca
- Menta
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1.
Quita la cáscara y las pepitas de la sandía y trocéala.
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2.
Pela el ajo y quita la primera capa de la cebolleta para trocearla también.
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3.
Pica la guindilla verde fresca y si quieres que pique menos elimina las pepitas -reserva unos aros para decorar-.
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4.
Pela el pepino y trocéalo.
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5.
Tritura la pulpa de sandía, con el ajo, la cebolleta, el pepino, el agua, la guindilla, zumo de lima, aceite de oliva virgen extra y sal.
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6.
Puedes colar el resultado o dejarlo tal cual, pero mételo en la nevera durante al menos 2 horas para servirlo bien frío.
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7.
Sirve en boles, platos hondos, vasos o copas y decora con aros de guindilla y hojas de menta.
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