Se pueden hacer bases para la pizza de lo más variadas, originales y sorprendentes. En lugar de la clásica, apostamos en esta receta por una que lleva plátano macho, harina de garbanzos y huevo, perfecta para celíacos. Por encima, la cubrimos con trocitos de carne adobada, tomates cherry y pepino y la acompañamos con un poco de 'ricotta'.
- 1 unidad de Plátano verde macho
- 1 unidad de Huevo
- 1 diente de Ajo
- 1 cucharada de Levadura de cerveza
- 2 cs de Harina de garbanzos
- 0.5 unidad de Pepino
- 4 ud de Tomates cherry
- 100 g de Ricotta sin gluten
- 1 chorrito de Zumo de limón
- 1 pizca de Ajo seco molido
- 100 g de Carne adobada tipo la que se usa para pinchos morunos
- Sal
- Pimienta
- Orégano
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1.
Precalentamos el horno a 180 grados.
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2.
Ponemos en un cuenco el plátano pelado y machacamos con la ayuda de un tenedor.
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3.
Agregamos el huevo y mezclamos muy bien procurando que no queden grumos gruesos.
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4.
Añadimos el diente de ajo picado finamente, la levadura, la harina de garbanzos, sal, pimienta y un poco de orégano y mezclamos todo muy bien.
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5.
Forramos una bandeja de horno con papel sulfurizado y extendemos la masa sobre ella hasta que quede lo más fina posible.
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6.
Horneamos entre 12 y 15 minutos hasta que esté seca y dorada.
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7.
Lavamos y secamos el pepino y los tomates; el primero lo cortamos en daditos y los segundos en cuartos.
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8.
Picamos la carne y la doramos en una sartén con una gota de aceite.
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9.
Sacamos la pizza del horno y echamos la carne cocinada y los tomates y volvemos a hornear 10 minutos a 200ºC.
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10.
Cuando la tengamos lista, espolvoreamos los daditos de pepino y la mezcla de 'ricotta'.
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11.
¡Llevamos a la mesa!
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