Este postre, tan arraigado en nuestra gastronomía, es un perfecto desayuno si lo acompañas de fruta fresca y nueces o cualquier otro tipo de semillas. Además, si las quieres en versión salada (sí, todo es posible), deja los frutos secos, pero cambia la miel por una mezcla de hierbas aromáticas y la fruta por unos tomates a la parrilla y unos champiñones.
- 2 ud de Huevos medianos
- 15 ml de Leche
- 1 cucharadita de Miel
- 2 rebanadas de Pan blanco gruesas del día anterior
- 50 g de Nueces
- 1 cucharadita de Aceite de oliva
- 10 g de Mantequilla
- Fresas
- Arándanos
- Frambuesas
INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Calorías
469cal
Hidratos
5.3g
Grasas
32.4g
Fibra
2.6g
Proteinas
15.8g
Grasas saturadas
6.2g
-
1.
Mezclamos los huevos, la leche y la miel en un plato hondo. Añadimos las rebanadas de pan y las remojamos hasta que la mayor parte de la mezcla de huevo haya sido absorbida.
-
2.
Espolvoreamos las nueces sobre cada lado de la rebanada y presionamos.
-
3.
Calentamos el aceite y la mantequilla en una sartén grande y freímos el pan suavemente, durante un par de minutos por cada lado hasta que estén bien doradas.
-
4.
Cortamos cada una de ellas por la mitad, servimos con miel, nueces y frutos secos. Además, podemos acompañarlas de fresas, arándanos y frambuesas a un lado o sobre ellas.
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