EXCLUSIVA. Lidia Torrent y Jaime Astrain posan por primera vez a punto de ser padres y nos hablan de su historia de amor, sus planes de futuro y sus próximos retos

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 En mayo cumplieron tres años juntos y ahora se enfrentan al momento más importante como pareja. Con el nacimiento de su hija pondrán el broche de oro a una relación que comenzó gracias un amigo común que hizo de celestina… y Cupido o el destino hizo el resto. Su boda tendrá aún que esperar, es algo que nos confiesa que llegará, pero no hay unión más férrea que la llegada de un bebé, que es ahora para ellos su máxima prioridad. Felices, guapísimos y sobre todo emocionados en su dulce espera, han posado para ¡HOLA! y nos han contado cómo están viviendo este momento y nos han hablado también de su futuro y de su historia de amor.

“No estamos ni nerviosos, ni con miedos, solo un poco impacientes porque tenemos muchas ganas de verle la carita, aunque también estamos disfrutando de cada momento”

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—Lidia, ¿cómo te encuentras?

—Me canso un poquito más, pero de momento tengo energía y me siento bien. Seguiré hasta que la peque me diga: “Oye, necesito que estés más en horizontal”, entonces le haré caso.

—Jaime, ¿y tú cómo la ves? Porque está radiante.

—Está espectacular y cada día más guapa. Parece que lo digo para quedar bien, pero es que es verdad. Y estoy encantado viendo cómo le crece la tripa, estoy todo el día tocándosela y dándole besos.

—¿Cómo estáis viviendo el embarazo?

Lidia.—Es un momento muy dulce. Lo definiría así porque afortunadamente está siendo un buen embarazo. No estamos ni nerviosos, ni con miedos, solo un poco impacientes porque tenemos muchas ganas de verle la carita, aunque también estamos disfrutando de cada momento. Ahora, disfrutamos de los últimos meses, en los que somos pareja, porque en octubre ya somos familia.

Jaime.—Para mí no ha cambiado nada aún. Hasta que no nazca, no seré consciente de la niña y de que me ha cambiado la vida.

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 —Se va a llamar Elsa, ¿os costó poneros de acuerdo con el nombre?

J.— Si hubiese sido niño, lo teníamos claro, porque yo quería un mini-Jaime. Pero para niña no había pensado nada, fue decisión de Lidia y a mí me gustaba el nombre de Elsa. Es cortito y va bien con los apellidos que va a tener, que son muy fuertes, con muchas erres: Astrain Torrent.

L.—No ha sido por una cuestión de tradición, no ha tenido que ver que la abuela se llame así, es que me gusta desde siempre. Desde hace muchos años se lo decía a mi hermano, nos gusta a los dos, pero bueno, yo tengo seis años más y voy a ser madre primero, así que me lo he quedado yo.

“Creo que nuestras familias se sorprendieron mucho con el embarazo. Pasaron de la sorpresa a la emoción y ahora están todos que se deshacen”, comenta Lidia

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©@jaimeastrain/Javier Alonso

 —Lidia, tú siempre te cuidas mucho, te alimentas sano y eres deportista, pero ¿te estás cuidando más ahora?

—Mi madre me ha dejado un buen legado de hábitos alimenticios. Gracias a ella, que siempre se ha ocupado mucho de comiéramos bien, eso se me ha quedado. Entonces, ahora soy más consciente de que lo que coma quiero que sea bueno y nutritivo porque todo le llega al bebé. También soy golosa y sigo comiendo dulces, no me estoy privando de nada y siento que tengo hambre cada menos tiempo, pero la estética no me está preocupando ahora.

—Estás muy bien, has engordado lo justo y no te has hinchado nada.

—Creo que sobre este mes de embarazo es cuando haces pop y ya no hay stop. Hasta ahora he cogido unos cuatro kilos y medio o cinco, y estoy de seis meses, y en estos últimos meses supuestamente es cuando más crece la barriga y más peso coges, pero se me está repartiendo de forma proporcional, o sea que bien.

“Casarnos será el siguiente paso, por supuesto, pero estamos centrados en octubre —que es cuando nace Elsa —y para mí el compromiso real es tener un hijo”, confiesa Jaime

—También es que tienes una genética increíble, tu madre es un espectáculo.

—¡Tiene un pacto con el diablo! —dice riendo—. No, lo suyo sí que ha sido pura constancia, porque desde los veintiún años ha sido superdisciplinada con el deporte. Ella es de esas personas que dicen: “Necesito ir al gimnasio”, cuando el resto de la humanidad nos estamos forzando para ir. Yo he sido muy deportista, a diferencia de ella, he jugado al balonmano, al tenis, al basket… Y he sido de competir, me encanta competir, de hecho, el fin de año lo pasamos Jaime y yo en Colombia y nos pasamos todas las tardes jugando al vóley, los dos como pareja. En cambio, lo de ir al gimnasio me cuesta un poco más, pero Jaime me ayuda a tener la iniciativa de ir.

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—Lidia, en tu familia, Elsa será la primera nieta, ¿en tu familia también, Jaime?

J.—Sí, también en la mía. Nosotros somos tres hermanos y somos tres ‘desgraciaos’, que a nuestra edad todavía seguimos como seguimos; un hermano, dos años mayor que yo —tengo treinta y cuatro— y el otro, año y medio menos. Así que están todos muy contentos porque va a ser la primera nieta. Mis padres están encantados; mis hermanos, igual, incluso más sensibles de lo que yo esperaba. Me hace gracia y, a la vez, ilusión que sea la primera porque va a ser la más mimada, están loquísimos ya con la peque.

L.—Nosotros nos convertimos en padres por primera vez, pero es que a toda la familia se le da ahora un título nuevo: a los hermanos, tíos; a los padres, abuelos… Para ellos, desde un diferente prisma, empieza otra nueva etapa, su forma de vivirlo y sentirlo es distinta, pero no dejas de darles también un nuevo papel. Yo, por ejemplo, soy la primera de la familia, con seis años de diferencia sobre el siguiente, y creo que el vínculo que se crea con la primera es particular.

—Vuestras familias se emocionarían mucho cuando disteis la noticia.

J.—Sí. Fuimos tanto a Almería como a Barcelona para decirlo. Mis padres tenían ganas de ser abuelos ya. Ellos son más mayores y mi padre está “pachuchillo”, entonces ha sido como la guinda para decirle que tiene que aguantar porque tiene que cuidar de su nieta. Fue un sorpresón para todos. El padre de Lidia lo primero que dijo era que la iba a hacer socia del Barça.

L.— Creo que todos se sorprendieron mucho porque, aunque tanto Jaime como yo hemos dicho siempre que queremos ser padres, que era un plan que formaba parte de nuestra vida, tampoco habíamos verbalizado que fuese ya. Entonces hubo sorpresa porque no se lo esperaban ya, y ahora es superbonito ver lo ilusionados que están. Pasaron de la sorpresa a la emoción y ahora están todos que se deshacen.

“Mi madre me ha dejado un buen legado de hábitos alimenticios y ahora soy más consciente de que lo que coma quiero que sea bueno y nutritivo, porque todo le llega al bebé”

—Tu madre decía que se va a casar, pero después de que nazca la niña. ¿No os dan ganas a vosotros? 

L.—Sí, me apetece que, si nos casamos, sea porque queremos casarnos, en el sentido de que ahora la gente te dice: “Cásate, que así los trámites de la niña y el papeleo son más fáciles”, pero yo, de verdad, tengo ganas de que, si vivimos una boda, sea porque realmente nos apetece celebrar el que llevamos equis tiempo de relación y que hemos creado una familia o algo sólido, lo que sea… Me apetece que nos apetezca y no hacerlo como trámite. Por otra parte, siempre he fantaseado con ser madre desde muy pequeña, pero, en cambio, jamás he fantaseado con casarme. Quizá en mi lista de prioridades me apetecía muchísimo más ser madre.

J.—Todo va a ir de forma natural y será el siguiente paso, por supuesto, pero estamos tan centrados en octubre —que es cuando nace Elsa—, y para mí el compromiso real es tener un hijo. La boda, para celebrar lo que hemos formado y también para formalizar para el tema de seguridad de la niña, sabemos que va a llegar, pero nuestro objetivo prioritario y donde estamos enfocando toda la energía ahora es en la niña.

Lidia: “En mi familia se repiten muchos patrones: mi abuela tuvo a mi madre a los veintiocho años, mi madre me tuvo a los veintiocho y yo voy a tener a Elsa también a esa edad...Y mis padres se conocieron también en una discoteca, como nosotros”

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—¿Cuánto tiempo lleváis juntos y cómo os conocisteis? 

L.—Hicimos tres años en mayo y nos conocimos a través de una persona en común que nos hizo un poco de celestina. Esa persona le habló a él de mí y a mí de él y luego, por casualidad, como a las tres semanas, nos encontramos en una discoteca… Es lo menos glamuroso y romántico del mundo, pero es una realidad. El otro día pensaba que hay cosas en las que repetimos el patrón en mi familia: mi abuela tuvo a mi madre a los veintiocho años, mi madre me tuvo a mí a los veintiocho y yo voy a tener a Elsa también a los veintiocho y mis padres se conocieron también en una discoteca. A Elsa le contaremos otra historia… —dice entre risas.

—En el terreno laboral, tú vas a seguir trabajando hasta que le cuerpo aguante, ¿no?

L.—Voy a seguir trabajando no solo en First Dates, sino en todo lo que tenga que ver con presentar y comunicar y cosas de publicidad, no voy a parar el cuerpo si no me lo pide. Sí es verdad que no estoy haciendo planes después de parir porque, como cada cuerpo y cada parto es un mundo, no quiero sacar una idea premeditada de nada. Mi intención es volver a trabajar lo antes posible también, quiero seguir funcionando. Para mí formar una familia siempre ha sido uno de mis sueños, pero sentirme realizada profesionalmente también lo es. Entonces soy joven, salió el proyecto de Secret Story a principios de año, que era dar un pasito más, y no quiero perder el hilo.

Jaime: “Me hace gracia y, a la vez, ilusión que sea la primera nieta, sobrina...porque va a ser la más mimada, están loquísimos ya con la peque”

—Jaime, ¿y tú pararás unas semanas cuando nazca la niña?

—Este mes ha sido una locura con un proyecto que saldrá a final de año, que ha sido intenso y muy bueno, por eso llevo sin ir al Chiringuito de Jugones más de un mes, y también me salen cosas de publicidad. Cuando nazca la niña seguro pararé un poco, pero nosotros tenemos la posibilidad de organizarnos bien. En eso soy un privilegiado, al no tener un trabajo de lunes a viernes como tiene ella, puedo gestionar todo de la mejor manera para los dos y para la peque cuando esté.

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—¿No habéis pensado probar suerte en otro campo, como la interpretación?

J.—Me gustaría seguir más en la línea de presentar, pero, si de repente se abre otra puerta, me encantaría, porque es otro reto, es como superarme diariamente. Me he reinventado muchas veces y me apasiona hacerlo, creo que, como me dijo una vez Lidia, necesito estímulos y retos continuamente. He pasado de estar jugando al fútbol y estudiar a irme a vivir a Bali y empezar en la moda. Volví de Bali, seguí con la moda y empecé en comunicación, redes sociales… Ahora, presentador, cuando he podido.

L.—A mí la televisión me gusta mucho como medio, pero estudié cinco años de Interpretación en Barcelona. El tema de actriz tuve que dejarlo para estudiar y trabajar, pero es una puerta que me gustaría que siempre estuviera abierta. Cada vez me veo más capaz de comunicar sea cual sea la vía, hacer radio me parece chulísimo, ahora los pódcast también me parece un mundo, pero la televisión me gusta, me gusta el medio, me gusta cómo se conecta con la gente a través de la pantalla… Pero si se abriese otra puerta, creo que los dos en eso sí que somos bastante valientes, aunque siempre hay que tener esa prudencia de que, si quieres hacer algo, hay que prepararse bien.

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