La sobria confirmación de la princesa Leonor marca el final de una etapa
La hija de los Reyes empieza a despedirse de su colegio y de sus compañeros
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La princesa Leonor se ha confirmado como creyente, integrándose de forma plena en la comunidad católica y su Iglesia. Con quince años, ha aceptado su compromiso de fe a diferencia del Bautismo, en el que sus padrinos y abuelos, don Juan Carlos y doña Sofía, lo hicieron por ella. Algún día será Su Católica Majestad, aunque solo desde una posición simbólica e histórica, ya que los Reyes de España, después de cinco siglos, se atienen al mandato constitucional de 1978 en el que Estado se declara aconfesional y, a la vez, en protector de todas las religiones y creencias.
Los Reyes y sus hijas profesan la fe católica en el ámbito personal y es por ello por lo que las celebraciones religiosas de la Familia Real aparecen siempre en un marco privado, como hemos vuelto a ver el viernes 28 de mayo. Día en el que la princesa recibió el sacramento en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora (Aravaca), donde también hizo su Primera Comunión.
Vestida de azul, el color de los momentos más importantes, y con el Rey como padrino, aunque sin la gran foto de familia
La ceremonia fue oficiada por el vicario episcopal de Madrid, Juan Carlos Merino, aunque no ha trascendido ningún detalle. Las puertas del templo se cerraron a las doce en punto, al tiempo que sonaban las campanas, y no volvieron a abrirse hasta las 13:15, momento en el que los nuevos confirmados y sus familias empezaron a abandonar la iglesia. Fue entonces cuando se pudo ver en el pórtico a la princesa fotografiándose con sus compañeros y al Rey inmortalizando el gran momento con su teléfono móvil.
La asistencia a la ceremonia, que se celebró de manera conjunta —18 jóvenes—, estuvo limitada a los padres y hermanos, por lo que no pudieron estar presentes ni la Reina Sofía, que horas después volaba a Grecia, ni sus abuelos maternos. Leonor eligió a Felipe VI como padrino, manteniendo así la tradición de la Familia Real. Fue el propio Rey quien lo confirmó a la salida, después de que felicitaran a los amigos de su hija, quien vivió su gran día entre la alegría de la confirmación en su fe junto a sus compañeros de curso y la pena de tener que empezar a despedirse de el los. Para Leonor también es el final de una etapa. El 22 de junio, acabará 4º de la ESO y, a finales de agosto, pondrá rumbo a Gales, donde cursará bachillerato. Ya no volverá al colegio Santa María de los Rosales, del que ha sido alumna desde 2008.
A medida
A diferencia de su Primera Comunión, en la que vistió el uniforme del colegio, la princesa llevó un sencillo vestido de escote cruzado, de color azul, en un guiño a Asturias, a su estandarte y a las grandes ocasiones para las que también recurrió a este color. Un diseño que parecía hecho a medida, a juego con la corbata del Rey, y la mascarilla con el escudo del colegio. Leonor llevaba zapatos destalonados, en beis, de Carolina Herrera —podrían ser de su madre—, y la melena, que acortó hace semanas, con raya al lado y ondas muy naturales.
Para el gran día de la princesa, que cerraron con un almuerzo para cuatro en el restaurante Portonovo —según el programa Viva la vida—, la Reina y Sofía también estrenaron ropa. Doña Letizia, un pantalón de la firma Bleis, que combinó con una blusa crema, de Masku, con botones laterales. Y, la infanta, la otra protagonista del día, un vestido con estampado floral de aire romántico, sostenible y rebajado —cuesta menos de 20 euros— de Mango, combinado con bailarinas de Carolina Herrera.
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