El pasado 25 de diciembre, el icónico George Michael fallecía en su residencia de Goring-on-Thames, en el condado inglés de Oxfordshire por "causas naturales", consecuencia de una "cardiomiopatía dilatada con miocarditis e hígado graso". Meses después de su muerte, numerosos artistas e importantes celebridades del mundo de la moda, con el que Michael estuvo muy vinculado, siguen volcándose y recordando con gran cariño al icono de la música pop de los años noventa.
Con la fecha del primer aniversario de su fallecimiento a punto de celebrarse, el último ‘homenaje’ al cantante de Careless Whisper llega ahora en forma de documental: Freedom. Un reportaje que se emitirá el próximo día 16 en Channel 4, canal de la televisión británica, en el que numerosos artistas como Liam Gallagher, Elton John o Stevie Wonder, así como modelos de la talla de Kate Moss o Naomi Campbell, darán su particular testimonio sobre el excantante de Wham! Sin embargo, lo más relevante del documental sea quizás la última entrevista, hasta ahora inédita, que el cantante realizó poco antes antes de su muerte.
Unas imágenes desgarradoras en las que, a tan solo unos días de marcharse de este mundo, habló sobre el trágico significado que tenía para él la Navidad, pues en esta época del año recibió dos de las noticias más tristes que podría esperar: el diagnóstico de las enfermedades que acabarían con la vida de su primera pareja y la de su madre.
A pesar de que Last Christmas en una de las canciones más reproducidas y cantadas en Navidad, esta época del año era una de las más difíciles para George Michael, que nunca terminó de encajar mencionadas pérdidas. “Desde lo de mi pareja y lo de mi madre, el miedo a la muerte ha sido constante. Nunca me he sentido peor. Fue una época muy oscura”.
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Anselmo Feleppa, el primer gran amor de George Michael, murió de una hemorragia cerebral en 1993, consecuencia del virus VIH. “Antes de conocer los resultados de las pruebas estaba absolutamente aterrorizado”. En 1992, Michael rindió un tributo a Queen en el Wembley Stadium de Londres en el que realizó una de sus interpretaciones más recordadas. Sin embargo, mientras cantaba el mítico Somebody to Love de Freddy Mercury, con quien tuvo una gran relación de amistad, Michael libraba una dura batalla interna: “Quería morirme. Estaba cantando las canciones de un hombre al que había admirado toda mi vida y que había muerto por el mismo motivo que lo estaba haciendo el amor de mi vida”.
Después de unos años muy complicados, de depresión y duras batallas legales con su discográfica – a la que demandó poco después de la muerte de su pareja, alegando una mala comercialización de su álbum Listen Without Prejudice Vol 1 – George, quien había comenzado a lidiar con su dolor y a superar la perdida de Anselmo, volvía a sufrir en las Navidades de 1996 un duro revés emocional: “Estuve aproximadamente seis meses bien cuando mi madre fue diagnosticada con cáncer”.
“Cuando murió mi madre me rompí a nivel espiritual”, comenta durante la entrevista. “Estaba tan devastado… Toqué fondo. Durante los años siguientes me hundí tanto que creo que nunca llegué a recuperarme del todo. Nunca había sentido una depresión como esa. Era algo diferente al dolor. Sentía una pena enorme, aún sentía la muerte de mi madre, pero era otra cosa. Fue el periodo más oscuro y difícil de mi vida”, comentaba el cantante en la entrevista tan solo unos días antes de ser hallado muerto en su habitación por su pareja, el libanés Fadi Fawad.
