La naturaleza no deja de sorprendernos. No hay rincón en el mundo que no esconda un enclave donde exhiba su enorme poder: cataratas, ríos, selvas, bosques, montañas... Pero no, no pienses en paraísos lejanos, a veces no tienes que alejarte miles de kilómetros para caer rendido a lo que nos tiene reservado, siempre hay rincones repletos de belleza más cerca de lo que pensamos. Estos saltos de agua son un buen ejemplo. Ahora que ya empieza a hacer calor, resultan de lo más fresquitos para tus próximas escapadas.
SALTO DE SÁLLENT, BARCELONA
A una hora en coche de la capital catalana, en la comarca de Osona, Rupit es el pueblo más fotogénico de Barcelona, con calles y casonas de piedra, un puente colgante, restos de un castillo…, parece sacado de una película de la Edad Media. Y tiene un entorno fabuloso para recrearse en la naturaleza, la del macizo del Collsacabra, por el que se desploman las aguas del salto de Sallent, la cascada más alta y espectacular de la región, con 115 metros de caída. Un paseo sencillo de poco más de un kilómetro y medio kilómetro lleva, con vistas al pantano de Sai, hasta su base, donde entre cristalinos riachuelos y bosques, cae en una poza creada por la erosión a lo largo de los siglos.
Diez cascadas espectaculares que te van a sorprender