Mogarraz, el pueblo salmantino de las 800 caras

A su precioso casco histórico medieval, esta localidad de la sierra de Francia suma la singularidad de sus fachadas: una impresionante colección de retratos que rinden homenaje a la memoria de sus vecinos

Por JAVIER PRIETO

Mientras se pasea por las calles de este pueblo a 80 kilómetros de la capital salmantina uno tiene la extraña sensación de que alguien te está mirando. No como se mira a través de los visillos o desde el quicio de una puerta, sino de frente, con la franqueza y el cariño que uno espera quien se sabe bien recibido en un lugar que no es el suyo. En realidad, son más de 800 las miradas que desde las fachadas de las viviendas acompañan el paseo por sus calles. Una particular colección de retratos que ha hecho famosa a esta localidad a la que, por otra parte, no le hacían falta más excusas para dedicarle toda la atención del mundo.

La idea de convertir Mogarraz en una sala de exposiciones a cielo abierto fue del artista Florencio Maíllo, que en el año 2012 concibió el proyecto de colgar sobre las fachadas de las casas la colección de fotografías de carnet que había aparecido unos años antes escondida en un cajón. Las imágenes habían sido realizadas por un fotógrafo aficionado en 1967 quien, ante la obligatoriedad de que todos los españoles contaran por primera vez con un Documento Nacional de Identidad, quiso evitar a sus vecinos que tuvieran que viajar hasta Salamanca para retratarse.

Son aquellas fotos, hechas casi todas delante una sábana y olvidadas después durante décadas, las que Florencio decidió convertir en un “homenaje a la memoria”, colgando en las fachadas de las casas los retratos de quienes vivieron en ellas. Estos que hoy nos miran desde casi cualquier rincón del pueblo aparecen plasmados sobre la chapa de los bidones de brea con los que se hizo la nueva carretera a finales de los años 70. Los mismos que los vecinos convertían en planchas lisas para proteger las fachadas más expuestas a las inclemencias del tiempo.

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CALLEJONES Y PASADIZOS

Como en el resto de las localidades serranas, siempre apretadas y laberínticas, es obligado dejar el coche fuera y entrar en ella a pie. En esta ocasión por su calle principal, donde se encuentra la ermita del Humilladero y la primera de las señales y paneles que llevan por sus rincones más interesantes. Es, desde luego, la mejor forma de no dejarse nada atrás pero también de ir descubriendo las muchas singularidades que ha sabido conservar. Porque en Mogarraz abundan las casas con entramados, los grandes alerones en los tejados o el trazado irregular de las calles, pero también un estilo constructivo que no se da en otras poblaciones cercanas, con abundancia del granito, de los callejones o los pasadizos para unir espacios enrevesados o de las escaleras que trepan desde las calles para alcanzar la puerta de entrada a las viviendas. El paseo autoguiado acerca a la monumental fuente Cabolaldea, el Rincón de Mané –con su fuente y pasadizos– o, en el entorno de la plaza Mayor, la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, con torre exenta, y el ayuntamiento.

En Mogarraz hay también algo que no se descubre a primera vista y es el paisaje interior de un pueblo que ha hecho de sus bordados, sus cueros, filigranas en plata y oro y el amor por su patrimonio material e inmaterial toda una seña de identidad. En la misma plaza Mayor abre sus puertas el Museo Etnográfico Casa de las Artesanías.

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UN PASEO POR EL CAMINO DEL AGUA

A quienes el paseo por las calles de Mogarraz les sepa a poco o se les quede corto, aún tienen la posibilidad de realizar una caminata sencilla pero excepcional. Así se presenta el paseo de seis kilómetros, con principio y final en la localidad, que lleva por título El Camino del Agua, una de las cuatro propuestas senderistas comprendidas dentro del proyecto Caminos de Arte en la Naturaleza que recorren muchos de los rincones de la sierra de Francia. Este, en concreto, enlaza las localidades de Mogarraz y Monforte de la Sierra, sumando al aliciente de disfrutar de una naturaleza exuberante la expectación por contemplar el reguero de instalaciones vanguardistas con el que se adornan algunos de los rincones más hermosos del trayecto.

POR LA RUTA DEL VINO DE LA SIERRA DE FRANCIA

Y por si todo ello fuera poco, conviene recordar que Mogarraz, además de estar declarado conjunto histórico y formar parte de la lista de Los Pueblos más bonitos de España, se encuentra dentro de la Ruta del Vino de la Sierra de Francia. Es decir, que a todo lo anterior podemos añadir el recorrido por viñedos o visitas guiadas a bodegas de larga tradición como La Zorra (vinoslazorra.es), muy cerca de la ermita del Humilladero.

LOS OTROS CONJUNTOS HISTÓRICOS DE LA SIERRA DE FRANCIA

El otoño es un momento ideal para disfrutar de la explosión de colores que siempre ofrecen los frondosos castañares que rodean las localidades de la Sierra de Francia. Como Mogarraz, otras están distinguidas como conjuntos históricos, por la conservación de sus cascos urbanos: La Alberca, el más conocido y visitado; Sequeros, que ejerció en el pasado como cabeza administrativa de la sierra; Miranda del Castañar, con uno de los recintos fortificados más notables de Salamanca; Villanueva del Conde, con una estructura urbana única en la sierra, y San Martín del Castañar, en cuya fortaleza se ubica el Centro de Visitantes de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia.

GUÍA PRÁCTICA

DÓNDE DORMIR

De aires rústicos es el hotel Villa de Mogarraz (hotelspamogarraz.com), con restaurante, spa y habitaciones con vistas a la sierra. Buena elección en La Alberca, el hotel termal Abadía de los Templarios (abadiadelostemplarios.com), un complejo hotelero ubicado en una gran finca que cuenta con habitaciones y varias villas independientes. Y en uno de los pueblos más bellos de la sierra, San Martín del Castañar está la Abadía de San Martín (hotelruralabadiadesanmartin.es).

DÓNDE COMER

Al pie de la carretera, en la entrada de Mogarraz está Mirasierra (restaurantemirasierra.com), referente en la sierra que presume de recetas locales elaboradas con productos de la tierra (cerdo ibérico, setas, carnes a la brasa, quesos...). Dos propuestas gastronómicas en La Alberca: Las Bóvedas (abadiadelostemplarios.com), el restaurante del complejo hotelero, con platos de tradición y creativos; y La Taberna de La Alberca (latabernadelaalberca.com), cocina tradicional en la misma plaza Mayor: patatas meneás, revueltos, pluma a la parrilla…