El temporal que está viviendo el archipiélago balear esta última semana del mes de febrero, y en concreto Mallorca, ofrece imágenes insólitas en toda la isla provocadas por Juliette, la borrasca mediterránea con características tropicales que ha llegado acompañada de frío, nieve, lluvia, granizo, olas de hasta 15 metros de altura y rachas de viento de 90 kilómetros por hora. La extraordinaria nevada también dejado estampas de postal, como las del bonito pueblo de Valldemossa, en la Sierra de Tramontana, uno de las más afectados por las consecuencias de esta particular Filomena, que está provocando cortes de luz y vecinos incomunicados por carretera. Si en el Puig Major, el pico más alto de la isla, la nieve caída es la mayor en casi 40 años, con espesores de dos metros y medio, algo que no ocurría desde el año 1985, los copos también han llegado al nivel del mar, donde un fino manto blanco ha cubierto cala Santanyí, cala Llombards y cala Figuera, incluso a la capital de la isla. Imágenes únicas de un temporal histórico.