Keukenhof, el jardín más colorido de Europa en primavera
A solo 45 minutos de Ámsterdam, este parque floral es una escapada imprescindible desde la capital holandesa, especialmente en esta estación, cuando ofrece uno de los espectáculos más vistosos y coloridos.
La campiña holandesa es estos días un mar de tulipanes lleno de color que cada año regala las mejores imágenes de Holanda. Sus fotos de postal. Para disfrutar de ella, lo mejor es subirse a una bicicleta en Ámsterdam y seguir algunas de las rutas turísticas que atraviesan sus campos florecidos, especialmente la que lleva de Haarlem a Leiden, conocida como Bloembollenstreek (la carretera de las Flores), pero también la que comunica Oude Wetering con Gouda o el recorrido que va de esta ciudad a Willemstad, con el aliciente añadido de los tradicionales molinos de viento adornando el paisaje.
Pero si hay un lugar que es una verdadera delicia en Holanda para los amantes de las flores y de las plantas es el jardín de Keukenhof, donde es imposible no quedarse con la boca abierta contemplando los más de siete millones de bulbos en flor que cada año florecen en este parque de la pequeña localidad de Lisse.
Ubicado en una zona de bosques, no existe un itinerario fijo que seguir en este espléndido jardín de 32 hectáreas que formaba parte de la extensa finca del castillo de Teylingn y cuyo origen se remonta al siglo XV, aunque fue en 1949 cuando tuvo lugar la primera exposición de los bulbos que florecen en ella en primavera. Lo mejor es pasear por sus coloridos senderos y disfrutar sin más de su impresionante colección de flores, entre las que no solo están los cientos de variedades de tulipanes plantados uno a uno a mano, también jacintos, narcisos, orquídeas… que componen un auténtico cuadro.
En sus avenidas van saliendo al paso obras de arte únicas, siete jardines de inspiración, cada uno con su propio estilo, arreglados en colaboración con varias revistas de jardinería según las tendencias actuales, el gran mosaico formado por miles de tulipanes que este año está dedicado al diseño holandés, molinos antiguos, lagos, fuentes y también los cuatro pabellones bautizados con nombres reales, como el dedicado a la reina Juliana, que este año acoge Tulpomanía, o a la reina Beatriz.
Hay que saber que el jardín, cuyo precio de entrada es de 16 €, solo abre sus puertas dos meses, pero hasta que las cierre el próximo 21 de mayo, no hay mejor lugar para conocer la floricultura holandesa y entender por qué los Países Bajos son el primer mundial de flores.
Para los niños (8 € el acceso), también es un espacio al aire libre muy entretenido, donde se realiza la caza del tesoro y hay zonas de juegos, un laberinto y hasta un zoológico de mascotas. Además de pasear en bicicleta por el entorno de Keukenhof, también se puede viajar en unas barcas eléctricas llamadas “de los susurros” que navegan respetando el medio ambiente y casi sin hacer ruido por el bello paisaje holandés.
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