La princesa Leonor ha regresado a casa durante sus últimas vacaciones antes de afrontar la recta final en el Atlantic UWC College de Gales, donde se espera que en los próximos meses complete el bachillerato internacional. En estos días de Pascua, la primogénita de los Reyes ha aprovechado para disfrutar junto a don Felipe y doña Letizia y la infanta Sofía de una arraigada tradición en la localidad madrileña de Chinchón, que este año celebra su 60º aniversario.
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Se trata de la pasión viviente que se ha representado, como cada Sábado Santo, en el casco histórico de este municipio tan popular en la región. Al anochecer, unos 250 vecinos del pueblo daban vida al espectáculo, el más antiguo de la Comunidad ya que data de 1963 y que se desarrolla en algunos de sus lugares más emblemáticos. El evento artístico-religioso, que fue declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980, destaca por la majestuosidad y fervor con la que lo viven sus habitantes.
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También la Familia Real ha seguido con gran interés entre el público un acto que, sin duda, invita a presenciarlo en persona ante el escenario único que lo rodea. Situados de pie por detrás de una valla metálica, el monarca y su familia no perdían detalle de todo lo que acontecía por las calles mientras duraba la representación.
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Han acudido en primer lugar a la plaza de San Roque, donde llegaban pasadas las 21:50 horas para contemplar el pasaje de Cristo en el Monte de los Olivos. Posteriormente, han cruzado la plaza saludando y posando para algunos selfis y se han situado entre los centenares de espectadores y junto a los figurantes de la pasión viviente. Al final, algunos de los participantes han querido fotografiarse con el soberano, su esposa y sus hijas, posando todos juntos en grupo con una sonrisa.
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La pasión que han podido ver los Reyes, la princesa de Asturias y su hermana menor se compone de ocho escenas repletas de dramatismo y colorido, que arrancan en uno de los balcones del Ayuntamiento de Chinchón donde tiene lugar la última eena. Más tarde, en la plaza de San Roque, llega la oración de Cristo en el huerto y el prendimiento por los romanos. Se escenifican, además, las tres caídas de Jesús en el camino al calvario, junto a su crucifixión, muerte y por último la resurrección.
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Don Felipe y doña Letizia despejaron su agenda durante estos días, por lo que se esperaba que aprovechasen para hacer planes con Leonor y Sofía. Antes de que termine verano, la Princesa comenzará su formación militar en la Academia Militar de Zaragoza y cederá el testigo en Gales a la Infanta, que comenzará en el UWC Atlantic Collegue primero de bachillerato. Los Reyes disfrutan de este reencuentro hasta el 16 de abril, cuando la heredera retome sus clases en Reino Unido. La benjamina, por su parte, volverá al colegio Santa María de los Rosales el próximo 11 de abril.
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Se desconoce si, como el año pasado, Leonor tendrá que combinar sus días de descanso con algún acto oficial en su agenda. Entonces, acudió con sus padres y su hermana al Centro de Recepción, Acogida y Derivación (CREADE) de refugiados ucranianos, ubicado en la localidad de Pozuelo de Alarcón (Madrid). A la semana siguiente, protagonizó un acto en solitario en un instituto de Leganés para participar en una jornada sobre jóvenes y ciberseguridad.
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Lo que sí parece claro es que un año más los Reyes no acudirán a la misa de Pascua que tendrá lugar el Domingo de Resurrección en la Catedral de Palma. La última vez que se vio al monarca, a su esposa, a sus hijas y a su madre en esta eucaristía fue en 2019. Los años posteriores fueron los de la pandemia y desde entonces no se les ha vuelto a ver posar en ese escenario.
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La tradición de la Misa de Pascua comenzó en el año 1995 cuando don Juan Carlos y doña Sofía se dejaban fotografiar a la salida de la Catedral junto a sus hijos. Una foto que se fue completando según iban llegando los matrimonios de las Infantas y de don Felipe e iban naciendo sus hijos.
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