Los problemas del rey Simeón con sus propiedades en Bulgaria

Después de que cuatro de sus palacios pasaran a manos del Estado por decisión judicial, ahora el Tribunal Municipal de Sofía ha suprimido sus derechos sobre Vrana, residencia oficial de la Familia Real

Por Lara Fernández

Simeón de Bulgaria lleva casi una década de ardua lucha con el gobierno de su país. Se enfrenta, según él mismo ha reconocido en una declaración oficial difundida hace apenas unos días, a un "segundo exilio", tal y como sucedió en los años 40. El último escollo al que ha tenido que hacer frente responde a la decisión, en primera instancia, del Tribunal Municipal de Sofía de atribuir al Estado la propiedad del Palacio de Vrana, residencia oficial del último rey de Bulgaria y de su familia. Aunque Simeón de Bulgaria ha decidido que sus abogados recurran esta decisión judicial ante el Tribunal de Apelaciones, de no prosperar el recurso tendrían que abandonar este histórico lugar que adquirió Fernando I -abuelo de Simeón- en 1899, y en el que las zonas verdes se alternan con una villa austro-búlgara de dos plantas y un museo abierto al público.

Su exilio, la muerte de su hijo Kardam... Simeón de Bulgaria, en exclusiva para HOLA.com

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"He leído muchos artículos, entrevistas y opiniones en las redes sociales de personas que están indignadas por las mentiras que se difunden sobre nosotros. ¡Eso realmente nos conmovió tanto a mí como a la Reina! En este momento doloroso para nuestra familia, cuando después de 75 años puedo ser forzado al segundo exilio en una Bulgaria libre y democrática, este apoyo es especialmente valioso. Con frecuencia me sigo preguntando si merezco ser privado de mi hogar y que me obliguen a abandonar mi Patria", ha declarado públicamente el Monarca, quien ha vuelto a rememorar así algunos de los momentos más difíciles de su vida.

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Cabe recordar que hace apenas cuatro años, la justicia del país ya emitió varias sentencias desfavorables al último rey de Bulgaria. Una de ellas, dictada por un tribunal de Sofía, hacía referencia al Palacio de Sintyakoyo, una residencia de verano construida con la forma arquitectónica tradicional en 1904 por orden de Fernando I en la montaña de Rila, muy cerca de la estación de esquí de Boroyets, el mayor resort turístico del país. Se trata de la antigua sede de la Unión de Escritores de Bulgaria y está decorada al más puro estilo Art Nouveau. Ese mismo año, a Simeón se le denegó la propiedad de la residencia Saragyol, edificada en la misma zona que Sintyakoyo pero una década después, y que se llegó a utilizar durante el Comunismo como sede de la Unión de Pescadores y Cazadores. También el Palacio de Tsarska Bisritsa, una residencia de caza de 20 hectáreas de tierras agrícolas y bosques en la que, en el año 2002, se casó Kalina, una de las hijas de Simeón de Bulgaria, con el español Kitín Muñoz.

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Pero la decisión judicial de atribuir la propiedad de todas estas residencias al Estado no había quedado ahí. Los tribunales estimaron que el Palacio de Krichim había sido construido con recursos gubernamentales e hicieron lo propio con esta residencia levantada en un tupido bosque de robles, rico en flora y fauna y convertido por Fernando I en un gran coto de caza de ciervos y gamos. Aquí uno puede encontrarse con pavos mexicanos, faisanes, ñandúes, avestruces sudamericanas, codornices, perdices o gallinas de Guinea. En los años 30, el padre de Simeón, Boris III, desarrolló la finca y mandó construir un nuevo edificio más grande siguiendo el estilo arquitectónico tradicional, aunque con influencias modernistas y una decoración refinada, siempre en consonancia con el entorno.

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El origen de la disputa legal entre Simeón y el gobierno de su país

Para entender el litigio que mantiene el último rey de Bulgaria con el Estado hay que remontarse 75 años. Simeón, que entonces tenía 6 años, acababa de perder a su padre y fue su tío el que asumió la regencia. Tras la invasión de Bulgaria por la Unión Soviética, tanto Simeón como su madre, Giovanna, y su hermana María Luisa quedaron recluidos en el Palacio de Vrana. Poco después, la implantación de la República les llevó al exilio y a que sus propiedades fueran nacionalizadas. En España encontraron, además de asilo en 1951, cobijo sentimental, pues tanto Simeón como sus hijos acabaron casándose con personas de nuestro país. A finales de los años 90, el Tribunal Constitucional le restituyó sus bienes -55 años después de perderlos- y en 2001 pudo regresar a Bulgaria. Se presentó a las elecciones y logró recuperar el poder, convirtiéndose en primer ministro y en el único rey depuesto elegido democráticamente, aunque perdería cuatro años después.

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A finales de 2009, un mandato parlamentario confiscó y bloqueó todos sus palacios y terrenos y Simeón de Bulgaria decidió recurrir la decisión al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desde entonces, los tribunales búlgaros le han ido quitando la razón tanto a él como a su hermana. Además de ver cómo se les denegaba la titularidad de estas residencias, han tenido que abonar grandes cantidades por las costas judiciales así como por el uso supuestamente ilegal de estos palacios. Ahora, el último rey de Bulgaria, quien desde hace años está muy unido a la Familia Real española, solo espera prospere el recurso de una decisión judicial que ha supuesto, sin duda, un nuevo varapalo para su familia.

¿Quién es quién en el retrato familiar de Simeón de Bulgaria?